Visitas guiadas/Bisita gidatuak

El Ateneo Republicano tiene el gusto de invitarte a las Visitas guiadas, gratuitas, por «La Vitoria con Historia». Muestran 43 lugares y personajes importantes y poco conocidos de nuestra ciudad, contextualizados y situados en un  mapa ilustrado a color, que ponemos a disposición de los/as visitantes.

Para asistir hace falta inscribirse en el correo: visitavitoriaconhistoria@gmail.com

II República (anverso)

1 Martínez de Aragón

Los Martínez de Aragón eran una familia vitoriana cuyas primeras referencias nos llevan al siglo XIX, cuando Bruno como destacado concejal del Consistorio o, sobre todo, Domingo, último Diputado General de la etapa foral, le otorgaron notable prestigio. Hijo de Domingo fue Gabriel Martínez de Aragón Urbiztondo, diputado y senador liberal en tiempos de la monarquía. En aquellos años, y luego en los de la dictadura de Primo de Rivera, sufrió directamente, en la persona de dos de sus hijos, el embate de la arbitrariedad de la corporación militar. A consecuencia de ello, al final de aquella se pasó a la República, como hicieron otros como él, y, proclamada esta, tras encabezar la lista a las municipales de abril de 1931, ocupó el Gobierno Civil de Álava. Posteriormente, este prestigioso abogado fue Fiscal General de la República y presidente del Consejo de Estado, justo antes de morir en enero de 1934.

Tuvo siete hijos, cada cual con una historia de sufrimiento o de lucha por un país más justo y democrático. Ramón fue expulsado del Ejército por la acción fraudulenta de las sediciosas Juntas de Defensa, en 1917, y su padre llevó a un libro, Páginas de Historia Contemporánea, su lucha por defender el honor de su hijo. José, militar también, tuvo la gallardía de escribir a Primo de Rivera una misiva para contestar a sus palabras de que el Ejército al completo estaba con él. Ponía: “Todos menos yo”. Luego participó en el movimiento republicano de Cuatro Vientos, en 1930, con Hidalgo de Cisneros o Ramón Franco, y, proclamada la República, fue gobernador de Vizcaya y de Álava. El campo de aviación de Salburua llevó su nombre porque él se empeñó en su construcción. Precisamente, murió en 1935 en un accidente aéreo cuando hacía gestiones en Madrid para conseguirlo. Jesús era abogado, pero, cuando llegó la guerra, se puso el uniforme y fue jefe de Brigada, muriendo en la toma del cerro Garabitas, en el frente de Madrid, en abril de 1937. Un batallón baracaldés del Ejército del Norte llevó su nombre. Domingo trabajaba en la diplomacia, en concreto en la Embajada de Praga, lo que le sirvió para avisar sin éxito de los movimientos que se producían antes del golpe de Estado de 1936. Después fue detenido por la Gestapo y encerrado en un campo de concentración. Murió en el exilio en 1962. Gabriel, abogado también, había sido miembro del partido republicano de Azaña y luego pasó al Socialista. Dirigente de los republicanos alaveses, fue condenado a muerte después del 18 de julio y luego conmutada su pena por la de treinta años: su casa fue saqueada, condenado a una multa por la Ley de Responsabilidades Políticas y desterrado fuera de su ciudad. Ernestina atendía a su padre en las tareas institucionales. Una mujer muy culta y comprometida políticamente, que facilitó la huida a Francia de Indalecio Prieto después de fracasado el movimiento de octubre de 1934. Tras la guerra fue detenida y luego encerrada en un campo de concentración. Murió tras regresar del exilio, en 1947. Finalmente, Alberto, jefe de Jardines del Ayuntamiento vitoriano, republicano y socialista, fue asesinado al salir de su casa y cuando era conducido al Gobierno Civil de La Florida tras pronunciar unos gritos republicanos, el 14 de diciembre de 1936.

La casa familiar situada en C/ Ramón y Cajal 7, les fue incautada por los militares y allí dispusieron por un tiempo el Gobierno Militar. Transcurridos los años, las autoridades alavesas del franquismo se comprometieron, en 1963, a asistir a una misa que se celebra anualmente en la iglesia familiar de San Vicentejo (Treviño) en recuerdo de José y Gabriel. Fue el único testimonio que quedó de todo aquello, hasta que recientemente sus descendientes contaron esta tremenda historia en un documental titulado “El olvido está lleno de memoria”.

FUENTES: “El olvido está lleno de memoria”, audiovisual de Isabel Martínez de Aragón (2021); Jorge Barbó, “Un álbum familiar en blanco y rojo”, El Correo, 4 y 13 de abril de 2021; ElDiario.es, 13 de abril de 2021; Antonio Rivera, La utopía futura. Las izquierdas en Álava, Vitoria, Ikusager, 2008, y Antonio Rivera y Santiago de Pablo, Profetas del pasado. Las derechas en Álava, Vitoria, Ikusager, 2014.

2 María de Maeztu

Nacida en la hoy c/ Dato 37 de Vitoria, un 18/07/1881, María de Maeztu fue una de las primeras y principales pedagogas españolas. Su familia era adinerada, liberal y cosmopolita: su padre, un hacendado cubano de origen vasco, y su madre, hija de un diplomático inglés. La muerte del primero en 1898 llevó a la madre a mantener férreamente la unidad familiar, ofreciendo a sus hijos (Ramiro, Ángela, Miguel, María y Gustavo) unas posibilidades formativas, intelectuales y creativas poco habituales en el país de entonces. Ramiro resultó un periodista, pensador y político relevante, Gustavo un pintor destacado y María una avanzada en la condición femenina.

Curso su primera enseñanza y luego, tras estudiar Magisterio, sacó por oposición una plaza de maestra, estableciéndose en Bilbao, donde su madre había abierto diversas academias. Luego comenzó en la Universidad de Salamanca como alumna no oficial, para terminar con Premio Extraordinario en Letras en la Central de Madrid. Por mediación de Ramiro entró en contacto con Unamuno y, sobre todo, con Ortega, y disfrutó una beca en la Junta para Ampliación de Estudios –luego fue la primera mujer de su Junta Directiva- con la que pudo conocer la pedagogía de diversos países europeos. También, a las órdenes de Ortega, participó en otro centro influido por la Institución Libre de Enseñanza: el de Estudios Históricos.

Retratada por Gustavo de Maeztu

En 1915 fue la primera directora de la Residencia de Señoritas, similar a la de Estudiantes, donde se prepararon las más destacadas profesionales, de Victoria Kent a las periodistas Margarita de Mayo y Josefina Carabias, o la abogada Matilde Huici. Dirigió también desde 1918 a 1934 la Sección Preparatoria del Instituto-Escuela. Feminista, defensora del sufragio femenino y organizadora de todo tipo de entidades en pro de la mujer, fue miembro del International Institute for Girls in Spain, vicepresidenta de la Juventud Universitaria Femenina, primera presidenta de la Federación Española de Mujeres Universitarias, cofundadora del Lyceum Club Femenino…

Políticamente, participó de propuestas encontradas, no se significó con una posición partidaria o política concreta, y estuvo progresivamente influenciada por su hermano Ramiro, cada vez más inclinado hacia la derecha radical del momento. Así, durante la dictadura de Primo de Rivera aceptó ser miembro de la Asamblea Nacional, pero en la República fue vocal del Consejo de Instrucción Pública y del Consejo Nacional de Cultura. La descripción que hacía de la Residencia de Señoritas despeja cualquier lectura presentista. Decía: “La Residencia no quiere ser ni casino de intelectuales ni plantel de sufragistas, sino
sencillamente una casa de muchachas aplicadas al estudio en donde su convivencia se ajusta a una libertad de familia española bien organizada”. En 1932 se convirtió en profesora universitaria en la Sección de Pedagogía de la Universidad Central, algo inhabitual en esos años, aunque para entonces su fama en ambos hemisferios ya le había deparado reconocimientos como el doctorado honoris causa por el Smith College, en 1919, o su nombramiento como miembro de la Hispanic Society of America o profesora honoraria de la Universidad de México.

Su obra como pedagoga sigue las tesis de Pestalozzi, Fröbel y Paul Natorp, y desarrolló aspectos tan diferentes y novedosos como el uso del cinematógrafo en las aulas o la realidad de las escuelas rurales o de las colonias educativas. En lo referido a la emancipación de la mujer, se manejó en términos muy del tiempo, como fusionar feminismo y feminidad, o reivindicar la maternidad o la educación familiar de los niños como “suprema función” femenina.

El asesinato de su hermano Ramiro durante la guerra civil le volvió conservadora. Se instaló en Buenos Aires, trabajando como docente en aquella universidad y en otras ciudades del país y de los limítrofes, dedicando mucho tiempo también a recopilar y divulgar la obra de su hermano. En esa línea ideológica publicó los ensayos El problema de la ética e Historia de la cultura europea. Poco antes de morir, en 1943, publicó Antología-Siglo XX. Prosistas españoles, con textos seleccionados de Ortega, Unamuno, Azorín, Baroja, Valle-Inclán y su hermano Ramiro, destinado al profesorado de Secundaria. Numerosas entidades, centros y referencias llevan el nombre de esta vitoriana, precursora de los derechos de la mujer y de la educación de niñas y niños.

FUENTES: Isabel Pérez-Villanueva Tovar, voz “María de Maeztu”, Diccionario Biográfico. Real Academia de la Historia, disponible en https://dbe.rah.es/biografias/12658/maria-de-maeztu-y-whitney;Isabel Pérez-Villanueva Tovar, María de Maeztu: una mujer en el conformismo educativo español, Madrid, UNED, 1989; Mª Cristina Fructuoso, María de Maeztu Whitney. Una vitoriana ilustre, Vitoria, Real Sociedad Bascongada de Amigos del País, 1999; Raquel Vázquez Ramil, Mujeres y educación en la España contemporánea. La Institución Libre de Enseñanza y la Residencia de Señoritas de Madrid, Madrid, Akal, 2012; Mª Josefa Lastagaray, María de Maeztu Whitney. Una vida entre la pedagogía y el feminismo, Madrid, La Ergástula, 2015; Josefina Cuesta, Mª José Turrión y Rosa Mª Merino, La Residencia de Señoritas y otras redes culturales femeninas, Salamanca, Universidad de Salamanca, 2016.

3 Jose Luis Oriol

José Luis Oriol nació en Bilbao en 1877, hijo por parte de madre de una familia liberal y por parte de padre de otra tradicionalista. Se formó como arquitecto, aunque no ejerció mucho porque al casarse con Catalina de Urquijo se dedicó a gestionar algunos de los negocios de su suegro Lucas, sobrino del marqués de Urquijo: el Banco de Vizcaya desplegaba entonces su grupo industrial invirtiendo fuerte en el sector eléctrico. Enseguida se incorporó a los consejos de administración de Cooperativa Electra Madrid, Hidroeléctrica Española, Unión Eléctrica de Cartagena, Hidroeléctrica Ibérica o Electra del Viesgo; con su suegro fundó Hidrola, antecedente de Iberdrola. Pero destacó sobre todo porque, después de la guerra civil, en 1942, creó con el ingeniero militar del Cinturón de Hierro que había defendido Bilbao, Alejandro Goicoechea, la empresa Patentes Talgo –la marca se construía con sus siglas: Tren Articulado Ligero Goicoechea Oriol-, dedicada a la construcción de material móvil ferroviario conforme a una innovadora tecnología. El tren ligero que desarrollaron se convirtió en una referencia internacional en el sector.

Políticamente, sus primeros pasos los dio de la mano del conservador Antonio Maura, de quien era amigo personal y con el que obtuvo como candidato cunero un acta de diputado por Baeza (Jaén), en 1919. En mayo de 1931, desde un ambiguo catolicismo fuerista, se acercó al PNV tratando de que le presentaran como candidato por Álava. Al no conseguirlo, se incorporó al tradicionalismo, también como cunero, porque su única relación con la provincia era el origen alavés de su mujer –igual que los Urquijo con los que emparentó- y que en mayo de 1931 se empadronó en Belunza, cerca de Izarra (Urkabustaiz), donde tenía una finca familiar. A pesar de esa condición de advenedizo en el lugar y en esa cultura política, en junio fue elegido diputado en Cortes –repitió en 1933 y 1936-, al año siguiente se incorporó a la dirección reunificada del Tradicionalismo español y para entonces ya era el dirigente máximo de Hermandad Alavesa, aunque oficialmente no fue designado hasta abril de 1934. En esta entidad tuvo sus problemas porque desplazó por completo a los viejos mandatarios carlistas, valiéndose para su control de otros derechistas o de la escisión integrista. En 1934 algunos de aquellos carlistas crearon el disidente Núcleo Lealtad.Además, a finales de 1932 se hizo con la propiedad y control del diario de la derecha, Pensamiento Alavés, tras cerrar Heraldo Alavés, que daba la palabra también a elementos nacionalistas vascos.

Aunque en Álava no hubo candidaturas conjuntas de los dos partidos, durante los primeros meses de la República mantuvo un idilio político con el PNV y con José Antonio Aguirre en el proceso de elaboración del primer proyecto de Estatuto Vasco: el tradicionalismo pretendía usarlo como freno a la extensión de la legislación laicista republicana. Cuando el proyecto de Estatuto de Estella no prosperó y el PNV asumió la vía del de las Gestoras, ambas formaciones se distanciaron. Al votarse en noviembre de 1933 el Estatuto, Oriol consiguió que este no tuviera el respaldo suficiente en Álava, de manera que la llamada “cuestión alavesa” se convirtió en el freno a su aprobación en Cortes.

Oriol tuvo un gran protagonismo en la organización del golpe de julio de 1936. Tras las elecciones que dieron la victoria al Frente Popular intensificó su relación con El Director, Emilio Mola –se reunieron en Pamplona el 4 de julio y el día 9 lo hizo con Alonso Vega, jefe de la sublevación en Vitoria-, incrementó los preparativos paramilitares del Requeté, y financió particularmente la compra de armas y pertrechos para los alzados: en 1935 gestionó en Bélgica el flete de un barco con fusiles, ametralladoras y bombas de mano, que fue en parte interceptado. Al mismo tiempo, facilitó la buena relación del carlismo con los militares, apoyando siempre la posición del conde de Rodezno y en contra de Fal Conde, partidario de manifestar las distancias y diferencias de proyecto. El 13 de agosto encabezó una gran manifestación calentando el ambiente favorable de los vitorianos y el 24 recibió a su amigo Millán Astray, venido a Álava para intensificar ese apoyo. La provincia quedó bajo control de sus hombres: el general Fernández Ichaso, Echave Sustaeta, el alcalde Santaolalla o, por un tiempo, Guillermo Elío, lo que suscitó una tendencia en contra encabezada por su anterior colaborador Elizagárate. Tras la Unificación de partidos del bando nacional en abril de 1937 este poder quedó al pronto consolidado, pero luego cuestionado en parte. Alejándose de esas diferencias, Oriol dejó la provincia y se instaló en Vizcaya, siendo nombrado alcalde de Guecho. Después fue abandonando la política activa, aunque ya en septiembre de 1936, al morir Alfonso Carlos y quedar sin descendencia, propuso con Rodezno la opción de Don Juan, hijo de Alfonso XIII, solucionando así la histórica pugna dinástica. Esa línea la mantuvo más adelante él mismo, como cuando en 1969 visitó en una comisión a Franco para apoyar la expulsión de España de la familia Borbón-Parma y la opción del príncipe Juan Carlos. Pero fueron sobre todo sus hijos –José María, alcalde de Bilbao entre 1939 y 1941, Antonio María, presidente del Consejo de Estado entre 1973 y 1979, y antes ministro de Justicia, y Lucas María- los que durante el franquismo apoyaron esa línea. A finales de la dictadura se ligaron a Unión Nacional Española, que encabezaba Fernández de la Mora, buscando así un relevo político que la Transición no les propició. Apartado de la vida política y de Álava, José Luis Oriol falleció en Madrid en 1972.

Bibl.:Antonio Rivera y Santiago de Pablo, Profetas del pasado. Las derechas en Álava, Vitoria, Ikusager, 2014, pp. 358-363, 425-463; Santiago de Pablo, La Segunda República en Álava, Bilbao, Universidad del País Vasco, 1989, pp. 56-63; Javier Ugarte, La Nueva Covadonga insurgente: orígenes sociales y culturales de la sublevación de 1936, Madrid, Biblioteca Nueva, 1998; Jordi Canal, El carlismo. Dos siglos de contrarrevolución en España, Madrid, Alianza, 2000;Francisco Cayón y Miguel Muñoz Rubio, “José Luis de Oriol y Urigüen”, en E. Torres (dir.), Los 100 empresarios españoles del siglo XX, Madrid, Lid, 2000, pp. 255-258; Francisco Cayón y Miguel Muñoz Rubio, voz José Luis Oriol del Diccionario Biográfico de la Academia de la Historia (disponible en https://dbe.rah.es/biografias/26018/jose-luis-de-oriol-y-uriguen); Santiago de Pablo, Los problemas de la autonomía vasca en el siglo XX: la actitud alavesa, 1917-1979, Oñati, IVAP, 1991, pp. 119-148.

4 Hermandad alavesa y pensamiento alavés

Hermandad Alavesa fue creada el 6 de junio de 1931 como asociación y no como partido político, aunque con el lema “Religión, Fueros, Familia, Orden, Trabajo y Propiedad”. Su objeto era la defensa de las tradiciones alavesas en lo social, religioso y político. Detrás estaban los carlistas oficiales y mayoritarios (los jaimistas), pero también los integristas, conservadores alfonsinos tanto mauristas comodatistas, urquijistas, gentes de la vieja Unión Patriótica de Primo de Rivera e independientes. Aunque ese carácter plural no lo perdió cuando se transformó en una entidad política, el 6 de febrero de 1932, por acuerdo de su asamblea, se incorporó a la Comunión Tradicionalista, lo que le convirtió en otro centro más de ese partido ya unificado y lo que hizo que su líder, José Luis Oriol, escalara a la dirección nacional del mismo, junto con Víctor Pradera, Esteban Bilbao y Lamamié de Clairac, bajo la jefatura del conde de Rodezno. Hermandad era, sin disputa, el primer grupo político de la provincia en los años treinta y ganó las tres elecciones a Cortes, aunque no controlaba las dos instituciones principales, la Gestora Provincial y el Ayuntamiento vitoriano, en manos de las izquierdas.

Su portavoz periodístico fue Heraldo Alavés, un diario que empezó a salir un 8 de enero de 1901 como independiente, pero también “defensor, siempre, de los intereses católicos alaveses”. Sustituía a El Alavés, el periódico carlista local, ya exhausto, se hacía cargo de su maquinaria y también de su director, Ramón Ortiz de Zárate Gaínza (sobrino del anterior político de su mismo nombre), aunque este pronto lo dejó y fue sustituido por otros de diferentes ideologías derechistas: mauristas como el futuro alcalde Otálora, integristas como Valentín Sáenz de Santamaría, jaimistas como Francisco Marquínez, reaccionarios sin adscripción como Gregorio González de Suso o nacionalistas vascos como Antonio Sáenz de Santamaría. En la Segunda República, en la redacción había varios nacionalistas, al punto de que el diario fue un ferviente defensor del Estatuto Vasco. Sin embargo, cuando los carlistas de Oriol rompieron con el PNV y con su autonomismo en la Asamblea de Pamplona, cejó ese empeño y el empresario aprovechó el cierre gubernamental temporal de algunos medios en agosto de 1932 por su apoyo a la sublevación de Sanjurjo para clausurarlo, deshacerse de la plantilla,de orientación no claramente carlista, e iniciar un nuevo proyecto bajo el nombre de Pensamiento Alavés.Heraldo salió por última vez el 7 de noviembre; el 13 de diciembre y aparecía su sustituto.

Pensamiento Alavés, tenía sus oficinas en la actual Dato35 y era netamente de partido, de Hermandad Alavesa, dirigido por una plantilla a cuyo frente estuvo en la República José Goñi Aizpurua. La empresa propietaria, Editorial Tradición, se registró en el verano de 1932, con Oriol, el carlista Moisés Ruiz de Gauna y el integrista y exalcalde José Gabriel Guinea; tras la guerra, Oriol vendió sus acciones a otros significados tradicionalistas locales (Ibarra, padre del futuro alcalde, el presidente de la Diputación durante años Lorenzo de Cura, Federico Gómez de Carrero o Vidal Sanz Ugarte. Se reclamaba “periódico cristiano, católico; mejor dicho, muy vasco, puesto que nace en Euskalerria, y, por tanto, muy español. Dios y Patria son los principios fundamentales”. Al desaparecer el falangista Norte en 1940 quedó como único diario de la ciudad hasta que en 1946 empezó a salir la edición alavesa de El Correo Español. Como diario local le sustituyó desde el 1 de marzo de 1967 Norte Exprés, con la misma línea tradicionalista, católica y españolista. La propiedad ahora era de Félix Alfaro Fournier, Lucas Mª Oriol Urquijo (hijo de José Luis Oriol), Gabriel Buesa, el luego alcalde y presidente de la Diputación Lejarreta Allende, el director de la Caja Municipal Vicente Botella, el de la Provincial José Mª Aresti, o el jefe de los carlistas Ricardo Ruiz de Gauna. Cerró en 1982.

FUENTES: Santiago de Pablo, La Segunda República en Álava, Bilbao, Universidad del País Vasco, 1989, pp. 56-63; Antonio Rivera y Santiago de Pablo, Profetas del pasado. Las derechas en Álava, Vitoria, Ikusager, 2014; Javier Ugarte, La Nueva Covadonga insurgente: orígenes sociales y culturales de la sublevación de 1936, Madrid, Biblioteca Nueva, 1998; Santiago de Pablo, “Prensa, política y opinión durante la Segunda República”, Kultura, 7 (1984); Antonio Rivera, “La prensa alavesa en el primer tercio del siglo XX”, en Manuel Tuñón de Lara (dir.), La prensa de los siglos XIX y XX, Bilbao, Universidad del País Vasco, pp. 552-567; Alfonso Carlos Saiz Valdivielso, Triunfo y tragedia del periodismo vasco (1900-1936), Madrid, Editora Nacional, 1977, p. 33; Santiago dePablo, “Pensamiento Alavés: un diario tradicionalista ante la Guerra Civil”, en Manuel Tuñón de Lara (coord.), Comunicación, cultura y política durante la II República y la Guerra Civil, Bilbao, Universidad del País Vasco, 1990, pp. 227-241.

5 Ignacio Hidalgo de Cisneros

Ignacio Hidalgo de Cisneros había nacido en Vitoria, en la entonces calle de la Estación (esquina Florida), el 11 de julio de 1894, en el seno de una familia de nobles terratenientes, conservadora, católica y carlista (uno de sus antepasados había sido el último virrey español en Argentina). Aunque su madre le quiso meter religioso, su primera afición ya fue la aviación –la fiebre aviatoria-, en cuanto los integrantes de las siglas AMA (Ameztoy, Mújica y Azcona) empezaron a hacer sus primeras pruebas con aparatos en el Campo de Lacua. Con Heraclio Alfaro desarrolló esa pasión hasta que entró en la carrera militar, incorporándose después de alguna preparación a la Academia de Intendencia de Ávila. Consiguió hacer su primer vuelo a principios de 1913, en Cuatro Vientos. Al salir oficial pidió su incorporación a Aviación, pero antes pasó un tiempo en Andalucía, donde se sorprendió del trato de los señoritos con la población. Fue luego destinado a Melilla (campamento Sidi Aisa), donde conoció la miseria que vivían los reclutas. Finalmente, a comienzos de 1920, consiguió entrar en la Aviación, de nuevo en el aeródromo de Cuatro Vientos y de nuevo con sus primeras operaciones en Melilla, durante la guerra de Marruecos. Con la dictadura de Primo de Rivera conoció en las personas de sus amigos José Martínez de Aragón y Manolo Cascón la pulsión represiva y autoritaria de aquellos militares. Pero no fue hasta las denuncias de las actuaciones italianas en Abisinia cuando cayó en la cuenta de “la monstruosidad que cometía tirando gases a los poblados moros”. Por entonces fue nombrado comandante, colocándose entre los primeros puestos de rango de la Aviación y alternando sus estancias en el Sahara, Andalucía y Madrid.

De una manera un tanto espontánea, según relata en sus memorias, se vio implicado de manera directa en el movimiento contra la dictadura de diciembre de 1930, en Cuatro Vientos, que debía desatar una acción generalizada en favor de la República. Ahí estaba la referencia de Ramón Franco, a quien profesaba gran respeto y amistad, y la disposición también de su amigo José Martínez de Aragón. El fracaso del movimiento les llevó a Portugal, en su huida, y de ahí a París. Allí conoció a los revolucionarios, como Prieto, Ricardo Baroja o Marcelino Domingo. Fue una politización rápida, pero extraña. Cuando los republicanos ganaron las elecciones de abril de 1931 salieron todos para España: su recibimiento en Vitoria fue apoteósico, como héroe de Cuatro Vientos, pero su familia y amigos, por sus ideas políticas, tenían que refugiarse en sus casas. Ignacio era ya un republicano.

La nueva situación colocó al frente de la Aviación a su amigo Ramón Franco, que le confirmó en su puesto anterior de subjefe de la Escuela de Vuelos de Alcalá de Henares. A lo largo de la República, Ignacio fue incorporándose de manera progresiva al ambiente político que dominaba ahora el país, trabando amistad con dirigentes como Indalecio Prieto y otros, y tomando a cada paso posición política. Así, Azaña le nombró para hacer un informe de reforma de la Aviación. Entonces conoció a la que sería su mujer, Constancia de la Mora (Connie), también hija de terratenientes y nieta de Antonio Maura, el ya fallecido dirigente conservador. A pesar de ello, trabajaba en una tienda y era de firmes opiniones republicanas. Su condición de divorciada (y madre de una hija) no cayó bien en su familia cuando anunció su casamiento con ella y de hecho acabó en ruptura. Poco después fue nombrado como agregado de Aviación en las embajadas de Roma y Berlín, donde pudo conocer de primera mano la evolución de esos gobiernos fascistas y nazis. Tras el fracaso de la revolución de octubre del 34, preparó la salida clandestina de España de Indalecio Prieto. El cambio de gobierno le devolvió a España, a la sección de Cartografía del Estado Mayor de Aviación, y luego al aeródromo de Tablada (Sevilla), donde se juntaba mucho oficial antirrepublicano.

La victoria del Frente Popular le colocó en Madrid a las órdenes directas del nuevo jefe de la Aviación, el general Núñez de Prado. Este pagó con su vida su fidelidad a la República tras el 18 de julio, pero consiguió que el ochenta por ciento de los aparatos de vuelo quedaran de ese lado, otorgando ventaja en los cielos al gobierno hasta que llegaron los aviones alemanes e italianos en apoyo de los sublevados. El gobierno Largo Caballero, con Prieto como ministro del Aire, nombró a Hidalgo de Cisneros jefe de la Aviación, en septiembre de 1936. Su rechazo de los anarquistas, que siempre sospecharon del carácter clasista de los oficiales de Aviación, y la inquietud por las pugnas entre Prieto y Largo Caballero, le animaron a afiliarse al Partido Comunista en Albacete, a finales de 1936, pensando que este era el que mejor aseguraba el éxito en la guerra. Participó de manera protagonista en sendas operaciones ante Moscú para conseguir nuevas remesas de material militar. Al acabar la guerra residió en Francia, en la URSS y en México, y luego en diversos países europeos, como Polonia o Checoslovaquia. Pronunció conferencias a comienzos de los sesenta a través de Radio España Independiente y perteneció al Comité Central del PCE. Finalmente, falleció en Bucarest, el 9 de febrero de 1962. Sus cenizas fueron traídas al panteón familiar de Santa Isabel, en Vitoria, en 1994.

FUENTES: Ignacio Hidalgo de Cisneros, Cambio de rumbo, Vitoria, Ikusager, 2001 (orig. Bucarest, 1964); Rafael de Madariaga Fernández, “voz Ignacio Hidalgo de Cisneros”, Real Academia de la Historia-Diccionario Biográfico [disponible en https://dbe.rah.es/biografias/12017/ignacio-hidalgo-de-cisneros-y-lopez-montenegro%5D.

5 Ignacio Hidalgo de Cisneros

Ignacio Hidalgo de Cisneros había nacido en Vitoria, en la entonces calle de la Estación (esquina Florida), el 11 de julio de 1894, en el seno de una familia de nobles terratenientes, conservadora, católica y carlista (uno de sus antepasados había sido el último virrey español en Argentina). Aunque su madre le quiso meter religioso, su primera afición ya fue la aviación –la fiebre aviatoria-, en cuanto los integrantes de las siglas AMA (Ameztoy, Mújica y Azcona) empezaron a hacer sus primeras pruebas con aparatos en el Campo de Lacua. Con Heraclio Alfaro desarrolló esa pasión hasta que entró en la carrera militar, incorporándose después de alguna preparación a la Academia de Intendencia de Ávila. Consiguió hacer su primer vuelo a principios de 1913, en Cuatro Vientos. Al salir oficial pidió su incorporación a Aviación, pero antes pasó un tiempo en Andalucía, donde se sorprendió del trato de los señoritos con la población. Fue luego destinado a Melilla (campamento Sidi Aisa), donde conoció la miseria que vivían los reclutas. Finalmente, a comienzos de 1920, consiguió entrar en la Aviación, de nuevo en el aeródromo de Cuatro Vientos y de nuevo con sus primeras operaciones en Melilla, durante la guerra de Marruecos. Con la dictadura de Primo de Rivera conoció en las personas de sus amigos José Martínez de Aragón y Manolo Cascón la pulsión represiva y autoritaria de aquellos militares. Pero no fue hasta las denuncias de las actuaciones italianas en Abisinia cuando cayó en la cuenta de “la monstruosidad que cometía tirando gases a los poblados moros”. Por entonces fue nombrado comandante, colocándose entre los primeros puestos de rango de la Aviación y alternando sus estancias en el Sahara, Andalucía y Madrid.

De una manera un tanto espontánea, según relata en sus memorias, se vio implicado de manera directa en el movimiento contra la dictadura de diciembre de 1930, en Cuatro Vientos, que debía desatar una acción generalizada en favor de la República. Ahí estaba la referencia de Ramón Franco, a quien profesaba gran respeto y amistad, y la disposición también de su amigo José Martínez de Aragón. El fracaso del movimiento les llevó a Portugal, en su huida, y de ahí a París. Allí conoció a los revolucionarios, como Prieto, Ricardo Baroja o Marcelino Domingo. Fue una politización rápida, pero extraña. Cuando los republicanos ganaron las elecciones de abril de 1931 salieron todos para España: su recibimiento en Vitoria fue apoteósico, como héroe de Cuatro Vientos, pero su familia y amigos, por sus ideas políticas, tenían que refugiarse en sus casas. Ignacio era ya un republicano.

La nueva situación colocó al frente de la Aviación a su amigo Ramón Franco, que le confirmó en su puesto anterior de subjefe de la Escuela de Vuelos de Alcalá de Henares. A lo largo de la República, Ignacio fue incorporándose de manera progresiva al ambiente político que dominaba ahora el país, trabando amistad con dirigentes como Indalecio Prieto y otros, y tomando a cada paso posición política. Así, Azaña le nombró para hacer un informe de reforma de la Aviación. Entonces conoció a la que sería su mujer, Constancia de la Mora (Connie), también hija de terratenientes y nieta de Antonio Maura, el ya fallecido dirigente conservador. A pesar de ello, trabajaba en una tienda y era de firmes opiniones republicanas. Su condición de divorciada (y madre de una hija) no cayó bien en su familia cuando anunció su casamiento con ella y de hecho acabó en ruptura. Poco después fue nombrado como agregado de Aviación en las embajadas de Roma y Berlín, donde pudo conocer de primera mano la evolución de esos gobiernos fascistas y nazis. Tras el fracaso de la revolución de octubre del 34, preparó la salida clandestina de España de Indalecio Prieto. El cambio de gobierno le devolvió a España, a la sección de Cartografía del Estado Mayor de Aviación, y luego al aeródromo de Tablada (Sevilla), donde se juntaba mucho oficial antirrepublicano.

La victoria del Frente Popular le colocó en Madrid a las órdenes directas del nuevo jefe de la Aviación, el general Núñez de Prado. Este pagó con su vida su fidelidad a la República tras el 18 de julio, pero consiguió que el ochenta por ciento de los aparatos de vuelo quedaran de ese lado, otorgando ventaja en los cielos al gobierno hasta que llegaron los aviones alemanes e italianos en apoyo de los sublevados. El gobierno Largo Caballero, con Prieto como ministro del Aire, nombró a Hidalgo de Cisneros jefe de la Aviación, en septiembre de 1936. Su rechazo de los anarquistas, que siempre sospecharon del carácter clasista de los oficiales de Aviación, y la inquietud por las pugnas entre Prieto y Largo Caballero, le animaron a afiliarse al Partido Comunista en Albacete, a finales de 1936, pensando que este era el que mejor aseguraba el éxito en la guerra. Participó de manera protagonista en sendas operaciones ante Moscú para conseguir nuevas remesas de material militar. Al acabar la guerra residió en Francia, en la URSS y en México, y luego en diversos países europeos, como Polonia o Checoslovaquia. Pronunció conferencias a comienzos de los sesenta a través de Radio España Independiente y perteneció al Comité Central del PCE. Finalmente, falleció en Bucarest, el 9 de febrero de 1962. Sus cenizas fueron traídas al panteón familiar de Santa Isabel, en Vitoria, en 1994.

FUENTES: Ignacio Hidalgo de Cisneros, Cambio de rumbo, Vitoria, Ikusager, 2001 (orig. Bucarest, 1964); Rafael de Madariaga Fernández, “voz Ignacio Hidalgo de Cisneros”, Real Academia de la Historia-Diccionario Biográfico [disponible en https://dbe.rah.es/biografias/12017/ignacio-hidalgo-de-cisneros-y-lopez-montenegro%5D.

6 PNV Partido Nacionalista Vasco

El Partido Nacionalista Vasco se acababa de reorganizar en Álava a comienzos de diciembre de 1930, reunificando diferencias anteriores; entonces lo presidían Antonio Vinós y Francisco Aguirre. A partir de ahí se fue desarrollando en la provincia, pasando de su única junta en Vitoria a once a finales de 1931 y veintidós en 1935 (treinta y cuatro en vísperas de la guerra). Eso le convertía en el segundo partido más extendido en Álava, después de Hermandad Alavesa, con cerca de un millar de afiliados, donde destacaban los jóvenes de Juventud Vasca, las mujeres de Emakume Abertzale Batza y los de las áreas rurales; también tenía una relación directa con el sindicato Solidaridad de Obreros Vascos, que se extendió bastante en ese tiempo. Sus líderes más destacados fueron Manuel Ibarrondo, Francisco Ruiz de Arbulo y Francisco Javier de Landáburu, que fue el primer diputado nacionalista elegido en Álava, en la convocatoria de noviembre de 1933. Otros jelkides venían de años anteriores, como Julián Aguirre, Francisco Belausteguigoitia, Jesús Ramírez de Olano, Luis Álava (fusilado tras la guerra por las actividades de la Red de espionaje que llevaba su nombre), Pablo Olabarría, Estaben Isusi y los citados Vinós y Francisco Aguirre, junto con el concejal Pablo Fernández de Trocóniz.

El PNV empezó a organizarse en Vitoria en 1907, con un Centro Vasco no dedicado expresamente a la política. Tuvo su mejor momento entre 1920 y 1923, cuando aprovechando la crisis del sistema restauracionista logró sus primeros concejales en la capital, a sumar a algunos otros que ya obtenía en el norte de la provincia (Aramayona o Villarreal). Tras pasar la dictadura de Primo de Rivera dedicado a ocupar con la cultura y la sociabilidad lo que no podían hacer con la política en la legalidad, se desarrolló durante la Segunda República de manera muy destacada. En Vitoria se celebró masivamente el AberriEguna de 1934. No tuvo entonces un periódico propio, aunque por momentos llegó a controlar Heraldo Alavés, razón por la que Oriol acabó cerrándolo. Sacaron una nueva época de Arabarra y, desde enero de 1933, una edición local de Euzkadi con una página, “Euzkadi en Araba”. Los temas principales del nacionalismo vasco en los años treinta fueron el autonómico y el religioso, por lo que oscilaron en sus alianzas y pasaron de tenerlas con la derecha españolista a abrirse después hacia la izquierda republicana para conseguir el Estatuto. En esos años tenía su sede en la Plaza de la República (hoy Plaza de España 13, portal a la izquierda del Bar Deportivo)..

Aberri Eguna 1934

FUENTES: Santiago de Pablo, La Segunda República en Álava, Bilbao, Universidad del País Vasco, 1989, pp. 46-53; Santiago de Pablo, En tierra de nadie. Los nacionalistas vascos en Álava, Vitoria, Ikusager, 2008.

7 Seminario Diocesano

La inauguración del nuevo edificio del Seminario Diocesano fue el último acto en que los vitorianos pudieron ver al rey Alfonso XIII, antes de que unos meses después pusiera rumbo al exilio. El acto se produjo un 28 de septiembre de 1930 y, además del monarca, estuvo presente el nuncio Tedeschini, el alcalde integrista José Gabriel Guinea y el obispo Mateo Múgica. La llegada del rey fue un tanto sorpresiva: no se anunció de previo, duró unas pocas horas y se produjo cuando la atención estaba puesta en un gran mitin republicano que se celebraba en Madrid.

El nuevo seminario había sido idea del anterior obispo, fray Zacarías Martínez, que puso la primera piedra un día de San Prudencio de 1926. Se construyó a partir de una manda testamentaria de Elvira Zulueta de unos cinco millones y medio de pesetas, que su viudo, Ricardo Augusti, se resistió por un tiempo a liberar; al no ser suficiente, hubo que hacer una gran colecta diocesana durante esos años y en 1928 estuvieron a punto de paralizarse las obras, pero se recurrió a la ayuda de fieles adinerados, incluso de los que vivían en las repúblicas americanas. Costó finalmente unos seis millones y medio de pesetas, y la dirección vino a cargo del arquitecto diocesano Pedro de Asúa, que en 1937 resultaría asesinado por los republicanos en Cantabria.

En aquellos años las vocaciones sacerdotales en el País Vasco eran numerosas y hay que tener en cuenta que Vitoria era sede de la Diócesis Vascongada, que agrupaba las tres provincias. En la ciudad llegó a haber simultáneamente dos seminarios abiertos: el conciliar y el de Aguirre.El seminario viejo estaba ubicado enfrente de la Catedral de Santa María, en la actual calle de Fray Zacarías, que luego se ocupó con casas baratas, y el de Aguirre o Eclesiástico estaba en el palacio Escoriaza-Esquível; el primero era de 1880 y el segundo de 1853.  pero estaban en mal estado y la nueva obra trató de darles una buena sede a los 617 seminaristas que había matriculados en ese curso de 1930-31, casi todos internos y viviendo en el edificio, que contaba con todo tipo de instalaciones.

La importante Iglesia vasca fue muy beligerante, igual que la española, con la implantación del Estado liberal en nuestro país y durante la Segunda República trató por todos los medios de obstaculizar el desarrollo de una legislación laicista. El obispo Múgica organizó y relacionó a los grupos políticos de la derecha católica –básicamente, los tradicionalistas y los nacionalistas vascos-, al punto de que sus intervenciones claramente políticas le llevaron a ser expulsado de la región por las autoridades republicanas; curiosamente, al comenzar la guerra civil le ocurrió otro tanto con las franquistas. La Iglesia desplegó toda una red social de entidades con las que influía en los procesos políticos del tiempo. De hecho, el llamado problema religioso generó en el País Vasco durante la República unos niveles de conflictividad que por momentos se pueden equiparar a los producidos en torno a la cuestión social o al tema del Estatuto.

La Diócesis de Álava ingresaba en 2017 alrededor de 50.000 € al mes por el alquiler de las instalaciones del seminario a la Diputación de Álava y el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz.

FUENTES: Santiago de Pablo, Joseba Goñi y Virginia López de Maturana, La Diócesis de Vitoria. 150 años de historia (1862-2012), Vitoria, Obispado de Vitoria, 2013, pp.250-252 y 273-275;La Libertad, 29 septiembre 1930 (disponible en http://www.liburuklik.euskadi.eus/handle/10771/12327#&gid=1&pid=1).

II República (reverso)

1 Angel García Hernández

Ángel García Hernández había nacido en Vitoria el 29 de enero de 1900. De familia militar, como tantas vitorianas entonces, ingresó en la Academia de Infantería de Toledo en 1918. Tres años después, ya como alférez, fue destinado al Protectorado español de Marruecos, donde participó en diferentes acciones hasta incorporarse en 1923 al Tercio de Extranjeros.Al año siguiente sufrió graves heridas en un ataque en Gorges, por lo que fue internado en la península y recibió diferentes medallas y distintivos. De nuevo en Marruecos, alcanzó el grado de capitán, en 1928, y fue destinado al Regimiento de Infantería de Galicia n.º 19, con plaza en Jaca (Huesca).

En la madrugada del 12 de diciembre de 1930, adelantándose tres días a la fecha prevista para no ser obstaculizados por la autoridad, varios oficiales de esa guarnición (Salvador Sediles, Luis Salinas, Gisbert, Manzanares, Miguel Gallo y el citado García Hernández), bajo el mando de Galán, y un número de paisanos allí y en otros lugares, se sublevaron y proclamaron la República. Tomando el control de la localidad a cargo de un comité revolucionario que esperaba la acción simultánea en el aeródromo de Cuatro Vientos y la declaración de huelgas generales en diferentes ciudades, pero tal cosa no ocurrió y el avance de Galán hacia Huesca fue detenido por tropas gubernamentales, y desactivado el movimiento. Los oficiales detenidos fueron sometidos a consejo de guerra sumarísimo y condenados a muerte o a reclusión perpetua. García Hernández y Galán fueron fusilados el domingo 14 en el polvorín de Fornillos, en Huesca, generando gran repercusión entre los sectores antimonárquicos y convirtiéndose, después del 14 de abril de 1931, en héroes de la República. Todo tipo de soportes reprodujo sus imágenes. Literatos como Alberti o Machado los llevaron a la poesía o al teatro. En Vitoria, la calle Rioja, donde había nacido García Hernández, se llamó en ese tiempo con su nombre.

Cuando tras el bienio de gobierno radical-cedista diferentes logros del primer gobierno republicano-socialista fueron paralizados o desmantelados, las figuras de Galán y García Hernández fueron reivindicadas como expresión de una República radical y popular, no democrática ni sometida a los cambios de la opinión pública, capaz de llevar a efecto un proyecto de transformación social profunda. Fueron los héroes de una versión extremista del republicanismo que en ningún momento fue mayoritaria.

García Hernández, durante la dictadura de Primo de Rivera, se sensibilizó con los problemas del país a partir del movimiento del Arma de Artillería. La definitiva influencia del capitán Galán y la expectativa de cambio tras una monarquía en crisis y desprestigiada por su respaldo a la Dictadura le llevaron a incorporarse al movimiento en favor de la República.

FUENTES: Historial militar y hoja de servicios en el Archivo General Militar de Segovia, sección 1ª, legajo 533 G; Javier Ramiro de la Mata, voz Ángel García Hernández en Diccionario Biográfico de la Real Academia de la Historia, disponible en https://dbe.rah.es/biografias/14192/angel-garcia-hernandez; Ildefondo Sáenz Tabueña, Ángel García Hernández. Un alavés para la historia, Vitoria, Diputación Foral de Álava, 1996.

2 Teodoro Olarte

Teodoro Olarte había nacido en Vitoria el 26 de marzo de 1873. A semejanza del otro Teodoro, el que fue con él alcalde de la ciudad en los años treinta, era un antiguo republicano más conocido por su condición de industrial que de político; incluso él tenía menos trayectoria política y en cargos que González de Zárate. Como empresario era el gerente de la más importante panificadora local, La Vitoriana, donde coincidía en el Consejo de Administración con otros de diferente perfil político, como los carlistas Tournan, los Zulueta o el primer alcalde franquista de Vitoria, Rafael Santaolalla. En otras empresas, como Laza y Compañía, e Industrias Varias coincidió con su predecesor al frente de la Diputación, Félix Abreu, que lo fue con la dictablanda de Berenguer, o con los conservadores datistas Juan Bautista Alfaro y el que fuera alcalde Fermín González de Sarralde. Una relación personal que no le libró de morir en una saca justo al inicio de la guerra civil. Y también, a semejanza de González de Zárate, no tenía partido concreto al comenzar la República y militó en los autónomos, hasta que después de 1933 se incorporaron los dos a la Izquierda Republicana de Azaña. Tras abril de 1931, Olarte fue designado por el gobierno para presidir la Gestora Provincial, convirtiéndose así en la máxima autoridad del territorio, y en ese puesto estuvo hasta el golpe de julio de 1936, salvo un periodo entre 1934 y abril de 1936 en que fue depuesto y sustituido por el republicano radical y dueño del diario La Libertad Luis Dorao. El motivo fue la participación de esas autoridades locales y provinciales en el llamado “pleito de los Ayuntamientos”. Antes, había presidido la Asamblea de Municipios Vascos celebrada en agosto de 1933 en Vitoria y participó en la ponencia redactora del texto del Estatuto que luego se plebiscitó popularmente. Repuesto en su cargo tras la victoria del Frente Popular, la misma tarde del 19 de julio de 1936, tras el golpe, fue encarcelado. Después de ser liberado pasados unos días y puesto en arresto domiciliario, tras la manifestación de repulsa que siguió a un bombardeo republicano sobre la ciudad, fue devuelvo a prisión junto con su hijo Juany el 17 de septiembre formó parte de una de las sacas del temible Alfonso Sanz. Antes había sido torturado en la misma cárcel, siendo atendido por Antonio Buesa, farmacéutico y presidente de la Juventud Republicana. Su cuerpo apareció en el río Bayas, cerca de Miranda. El mismo día fueron asesinadas en Álava otras cinco personas: la cenetista Columba Fernández, los diputados forales Manuel Azcona y Casto Guzmán, el teniente Ricardo Ibáñez y el empleado de banca Benedicto Luna. Terminada la guerra, su viuda solicitó su inscripción en el libro de defunciones del Registro Civil y lo consiguió, siendo la segunda de todo el país. Sin embargo, la intervención del obispo Múgica no había logrado que se le diera cristiana sepultura. Lo primero confirma las gestiones favorables que antes y después del crimen hizo su socio en la Panificadora, el alcalde Santaolalla. De los quince gestores alaveses nombrados tras las elecciones de febrero de 1936, nueve fueron asesinados por los sublevados y cuatro sufrieron larga prisión, multas y embargo de bienes. El 14 de abril de 1947 su tumba y las de González de Zárate y Gabriel Martínez de Aragón (padre) aparecieron adornadas de flores. Tras un acuerdo de las Juntas Generales, se le impuso póstumamente la Medalla de Oro de Álava y se instaló su retrato en la galería de Diputados Generales.

FUENTES: Antonio Rivera, La utopía futura. Las izquierdas en Álava, Vitoria, Ikusager, 2008, pp. 272-273; Javier Gómez Calvo, Matar, purgar, sanar. La represión franquista en Álava, Madrid, Tecnos, 2014, pp. 85-86, 98 y 292; Santiago de Pablo, La Segunda República en Álava. Elecciones, partidos y vida política, Bilbao, Universidad del País Vasco, 1989.

3 Alava republicana

Antes de la proclamación de la República, en abril de 1931, en mayo de 1930, había aparecido el semanal Álava Republicana como órgano de la Unión Republicana. Tuvo una primera época hasta diciembre de 1931 para reaparecer en octubre de 1933. En junio de 1935 tuvo una tercera, ya como portavoz de Izquierda Republicana, aunque el subtítulo de “órgano de las izquierdasalavesas”, bajo la dirección de Manuel García Lorencés. A lo largo del siglo XX hubo otros medios de prensa de ese color político en la provincia, pero ninguno tan importante como este semanario. En 1903 apareció el también semanal La República, que lo hizo hasta 1909 con diversa continuidad. En 1910 salió El Radical, de los partidarios de Lerroux, y entre 1912 y 1913 otra vez La República, ahora como órgano del Partido Autónomo de Unión Republicana. En 1920 los radicales volvieron con El Republicano como quincenal. Justo antes de la República salió entre 1928 y 1930 una revista mensual cultural e ilustrada, El Pájaro Azul, donde se expresaban todos los contrarios a la Dictadura y que resulta de gran interés para mostrar la modernidad creciente de la sociedad alavesa y la llegada al lugar de las corrientes más innovadoras en literatura, grafismo, cine y otras artes. En los meses finales de 1931 salieron algunos números de un satírico de izquierdas titulado Caras y Caretas, y en 1934 una revista de cultura quincenal bajo el nombre de 5, aunque no tenía una significación tan republicana.

Aparte de estos medios, desde octubre de 1890, la opinión progresista de la provincia se mostró en el diario La Libertad, fundado por Herminio Madinaveitia, que contendía con el católico y el reaccionario Heraldo Alavés, aparecido en 1901, luego sustituido por Pensamiento Alavés desde finales de 1932. Desde 1917 fue director y propietario de La Libertad el maestro Luis Dorao, que en el bienio radical-cedista fue presidente de la Gestora Provincial y hombre fuerte del republicanismo conservador. En enero de 1937, la Falange le arrebató el control del diario para sustituirlo por Norte, diario nacional-sindicalista, que duró hasta octubre de 1940.

El republicanismo alavés en los años treinta se caracterizó por su división. Primeramente, contó con un Partido Republicano provincial llamado de diferentes formas y que actuaba como “federación” de círculos y grupos diversos de ese carácter. Cuando los partidos específicos empezaron a desarrollarse en la provincia, sus afiliados lo estaban a estos y a esa entidad común. Luego, el Partido Republicano Alavés (o Autónomo), que es como acabó llamándose, quedó solo para agrupar a los republicanos sin partido: gente como Gabriel Martínez de Aragón (padre) o su hijo José, que lo presidió, Ricardo y Luis Apraiz, Luis Otaño, Castresana, Ignacio Tolosana o Rafael R. Amerigo; también estaban ahí los dos Teodoros, Olarte y González de Zárate. Los seguidores de Lerroux del Partido Radical se constituyeron a principios de 1932, encabezados por Luis Dorao y con otros republicanos históricos como Dámaso Villanueva o Manuel Aramburu, o antiguos monárquicos que ahora se refugiaban en él, como el propio Dorao o Faustino Lorza. Era aquí la derecha del republicanismo. En la izquierda extrema de este estaban los del Radical-Socialista de Marcelino Domingo y Álvaro de Albornoz. Se constituyeron en Vitoria en agosto de 1931, con gente como los Castresana, el concejal San Vicente, el catedrático José Mª Susaeta o el jefe de la masonería local López Andueza o el antiguo cenetista Alfredo Donnay; también fueron afiliados Tomás Alfaro y el diputado Félix Susaeta, pero pronto se apartaron por su extremismo. Por último, Acción Republicana, el partido de Azaña, se creó en Álava en enero de 1932 como un partido de élites de este signo, donde se integraron el citado Alfaro, Gabriel Martínez de Aragón (hijo) y su hermano Jesús, el juez municipal Zabala, el director de la Caja Provincial Pío Gómez de Balugera o el gobernador del Banco de España y luego diputado por la provincia Ramón Viguri. En febrero de 1934, antes incluso que en el resto de España, se fundó Izquierda Republicana, presidida por Manuel Azaña, y que unía a sus seguidores y a los radical-socialistas y a los autónomos o sin partido; solo quedaban fuera los radicales, que cada vez se acercaron más a las derechas tanto de la CEDA como, aquí, incluso a la Hermandad Alavesa de Oriol.

FUENTES: Santiago de Pablo, La Segunda República en Álava, Bilbao, Universidad del País Vasco, 1989, pp. 27-39; Antonio Rivera, La utopía futura. Las izquierdas en Álava, Vitoria, Ikusager, 2008, pp. 50-76,194-200 y 248; Antonio Rivera, “La prensa alavesa en el primer tercio del siglo XX”, en Manuel Tuñón de Lara (dir.), La prensa de los siglos XIX y XX, Bilbao, Universidad del País Vasco, pp. 551-570; Santiago de Pablo, “Prensa, política y opinión durante la Segunda República”, Kultura, 7 (1984); Alfonso Carlos Saiz Valdivielso, Triunfo y tragedia del periodismo vasco (1900-1936), Madrid, Editora Nacional, 1977.

4 Casa del pueblo. Gobierno civil

Hacia 1929, la Federación de Sociedades Obreras, a pesar de su crisis, decidió volver a instalarse en el piso primero de la futura calle Pablo Iglesias 5 (que entonces se llamaba Cadena y Eleta; actual c/ Prado 9). Ya lo había hecho en 1912. La llegada de muchos nuevos afiliados con la caída de Primo de Rivera y la pronta proclamación de la República facilitó este tránsito. El Partido Socialista y las sociedades obreras de su influencia, agrupadas en la Federación Local en 1911, compartieron habitualmente locales. Hasta la fundación de la CNT, en 1920 –o antes, en 1918, cuando estos crearon la sociedad del gremio “de la madera”-, en la Federación Obrera había todo tipo de tendencias: sobre todo socialistas, pero también anarquistas, republicanos, societarios sin definición e incluso católicos. La organización obrera y socialista vino de la mano de propagandistas venidos de fuera y, sobre todo, del cantero Jorge Fernández Ibarra, alma mater del mismo durante muchos años; luego le sucedió como dirigente, desde la Primera Guerra Mundial, Primitivo Herrero. Sus momentos buenos fueron los de finales del siglo XIX y comienzos del XX, cuando comenzó la organización, el de la “fiebre de la asociación” de 1909 hasta 1912, aproximadamente, y luego ya durante los años treinta. No fueron, ni el partido ni el sindicato, los de más afiliados de la provincia, pero sí los más respetados en la izquierda y los que tuvieron siempre más influencia en las decisiones. Su local de la Casa del Pueblo era un espacio donde intervenían todo tipo de conferenciantes y por donde pasaban todos los actos institucionales del movimiento obrero organizado.

Junto a su sede, de la actual calle Prado9, estuvo durante años el Gobierno Civil, hasta su traslado en 1932 a sus cercanías, al chalet de Cadena y Eleta, en las traseras de la nueva catedral. Años después se ubicó en el nuevo edificio que se construyó en la calle Olaguíbel entre 1946 y 1950, obra de Miguel Mieg y Eugenio Arraiza.

FUENTES: Antonio Rivera, La utopía futura. Las izquierdas en Álava, Vitoria, Ikusager, 2008; Santiago de Pablo, La Segunda República en Álava. Elecciones, partidos y vida política, Bilbao, Universidad del País Vasco, 1989; Venancio del Val, Calles vitorianas, Vitoria, Caja de Ahorros Municipal, 1979, p. 415.

5 Valentín García Presa

Valentín García Presa nació en Laguardia, un 11 de noviembre de 1899, en el seno de una familia obrera. Como tantos otros de esa comarca riojana, enseguida se trasladó a la ciudad para buscarse un porvenir mejor. Aprovechó el final de su servicio militar en el Regimiento de Infantería Cuenca 27 (luego Flandes) para instalarse en Vitoria, donde encontró trabajo como moldeador (o fundidor, en otras fuentes)en la fábrica de La Metalúrgica, propiedad de Serafín Ajuria, el hombre más rico de la provincia ya entonces [ver la reseña de La Meta en el Itinerario “La Vitoria de 1936 a 1959”]. Eran los años finales del sistema político de la Restauración y Valentín, hacia 1922, se afilió a la CNT, el sindicato más activo en su fábrica, en momentos de gran conflicto social también en la capital alavesa. Cuando el general Primo de Rivera dio su golpe de Estado, la organización confederal empezó a ser perseguida y fue entonces cuando García Presa quedó al frente del Sindicato Único vitoriano, siendo por primera vez detenido en noviembre de 1923 (y de nuevo en junio de 1929). La CNT se había fundado definitivamente el 1 de marzo de 1920, con las firmas del barnizador Alfredo Donnay, el veterano anarquista Juan Murga, Juan Aranguren Apodaca como secretario y Daniel Orille, el dirigente por excelencia de los libertarios locales.

El momento estelar de la CNT alavesa se localiza en diferentes épocas entre 1918 y 1923, y en otras durante la Segunda República. El activismo, la pulsión revolucionaria y la persecución sufrida por las autoridades hacían de esa organización una entidad “guadianesca”: en unos momentos se presentaba con una gran fortaleza y en otros aparecía casi como desaparecida, al sumirse en la clandestinidad durante meses. La caída de la Dictadura y la llegada de la República propiciaron, precisamente, otro momento de fortaleza de la CNT, que se enfrentó al nuevo régimen al pretender que este desarrollara políticas sociales a mayor velocidad. La pugna entre las autoridades republicanas alavesas (los gobernadores Gabriel Martínez de Aragón yJosé Mª Amilibia, o el alcalde de facto Tomás Alfaro Fournier) y los confederales fue constante, con habituales cierres de sus locales de la calle Pintorería 21 (donde tenían su Ateneo o su Club Atlético), encarcelamientos durante días o incluso “deportaciones” fuera de la provincia durante meses.

Como representante de la CNT –fue su secretario en diferentes momentos entre 1930 y 1933, y representó al sindicato local en el Congreso de 1931-, Valentín García Presa sufrió diferentes encarcelamientos. Así ocurrió en la huelga general de octubre de 1930 o luego en febrero de 1932, en la que declararon en solidaridad con la intentona revolucionaria de Figols y Cardona. Con motivo del boicot de la CNT a la celebración del primer aniversario de la proclamación republicana –las protestas terminaron con el asesinato de un guardia municipal afiliado a la UGT- fue enviado a la cárcel de Pamplona durante tres semanas junto a medio centenar de cenetistas vitorianos. El cambio de ciclo de la República, con la llegada al poder del gobierno Lerroux, propició el despido de muchos sindicalistas, como Valentín, que lo fue de la fábrica de Ajuria. En esos meses fue encarcelado al menos en dos ocasiones (diciembre de 1933 y enero de 1934) y juzgado por reunión clandestina en momentos en que la CNT quedó fuera de la ley por la última intentona revolucionaria desarrollada en Labastida (y toda la línea del Ebro, de allí hasta Zaragoza, con Isaac Puente al frente). De nuevo en la legalidad, participó otra vez en un comicio confederal representando a los vitorianos en el Pleno de Regionales celebrado en enero de 1936. Al ganar las elecciones el Frente Popular hubo un conflicto en Ajuria para demandar el reingreso de los tres despedidos en 1933: Abundio Pérez, Nicasio de Marcos y Valentín García.

Al producirse el golpe de Estado de julio, y tras el fracaso de la huelga general de respuesta en Vitoria, se fugó a Zarauz y llegó hasta San Sebastián, donde como capitán participó en la defensa de la ciudad. Al caer esta por el empuje de los requetés, en septiembre, llegó a Bilbao, donde finalmente fue incorporado como Comisario Político de la 5ª Brigada (Batallón Bakunin, con residencia en Valmaseda; luego 158del Ejército del Norte). Al caer la capital vizcaína se retiró hacia Santander y luego hacia Asturias, participando en el cerco sobre Oviedo. El 21 de octubre de 1937 fue apresado en el pueblo de Campomanes, en el concejo de Lena.Encarcelado en la prisión bilbaína de Larrínaga, fue sometido a Consejo de Guerra sumarísimo en la causa 2.233/37. El 22 de febrero de 1938fuecondenado a muerte –el informe del Delegado de Orden Público de Vitoria lo identificó como “elemento destacado y preponderante de la CNT”- y ejecutado el 26 de agosto en el cementerio de Derio, donde lo inhumaron en la fosa 670, manzana 29. Tenía 38 años y dejaba tres hijos y viuda, que ante lo precario de su situación no tuvo otra queingresaren el hospicio de Vitoria (c/ San Vicente de Paúl), a los dos menores, de tres y un año.

FUENTES: Antonio Rivera, La utopía futura. Las izquierdas en Álava, Vitoria, Ikusager, 2008, pp. 108-111 y225-231; Miguel Íñiguez, Enciclopedia histórica del anarquismo español, Vitoria, Asociación Isaac Puente, 2008, p. 708; Juan Gómez y Miguel Íñiguez, Anarquistas y confederales en Vitoria y comarcas alavesas (1869-1976), Vitoria, Asociación Isaac Puente, 2020, pp. 248-249; testimonio oral de Julio García Ibáñez (2021); expediente del Consejo de Guerra sumarísimo causa 2.233/37, pp. 17-25.

6 Teodoro González de Zárate

Teodoro González de Zarate Sáenz nació en la calle Herrería 72 de Vitoria, en 1882. Era un republicano histórico, pues ya en 1904 presidió entidades de ese signo, como el Centro Instructivo que habían creado las Juventudes y la Agrupación Obrera. Fueron años de hegemonía republicana en el campo de la izquierda, pues tanto liberales como socialistas dependían de sus extensas bases sociales y electorales. En ese primer decenio del siglo XX lograron numerosos concejales en la capital y desarrollaron todo tipo de organizaciones, mostrándose muy dinámicos. Se trataba de una cultura política muy ancha, que agrupaba ya a una importante masa obrera (Damián González, Simón Hernández, Sotero Unda, Ricardo Uralde: algunos de los primeros ediles proletarios), pero también a burgueses e ilustrados como González de Zárate u otros como el empresario Dámaso Villanueva, Juan Ibargoitia o Victoriano Laza, el hostelero Agustín Quintanilla, el librero Jerónimo Linacero, el catedrático Llorente, el profesor Miguel Fernández Dans y otros. Su actividad institucional y en la calle pugnaba por la eliminación del impopular impuesto de consumos, contra el autoritarismo de algunos cargos locales, contra las leyes represivas, contra los toros o en favor de la separación efectiva entre Iglesia y Estado; por ejemplo, González de Zárate prestó una bajera suya en la calle Florida para que se abriera una capilla protestante, en 1910. Era, en definitiva, una cultura democrática la que se extendía desde ese republicanismo. Pero también era muy frágil y continuamente estaban dividiéndose y reunificándose sus diversos grupos. Así, en 1913, Zárate presidió la nueva entidad surgida de los partidarios de la Conjunción con los socialistas y de sus reacios locales; abrieron local en Fueros 5. La importancia de este sector político se aprecia, por ejemplo, en la presidencia de la Cámara de Comercio que ejerció Zárate entre 1912 y 1918, o como alcalde en funciones, en 1914. Fue de los pocos que aguantó la disolución práctica del republicanismo que supuso la estrategia de apoyar a Eduardo Dato a cambio de favores para la provincia. Todavía en el final de la Restauración continuaba activo, a pesar de la lánguida situación de su ideología en ese momento. Españolista de izquierdas, fue muy crítico con la aparición en Vitoria del nacionalismo vasco en los primeros años veinte y no entendía la confrontación entre sus dos identidades territoriales tradicionales. Durante la dictadura de Primo de Rivera dejó pasar a las nuevas generaciones, pero intervenía habitualmente en las reuniones conmemorativas de su Círculo. Al finalizar ese régimen estuvo por poco de tiempo como concejal –se volvió a nombrar a los de otras corporaciones anteriores- al no serle admitida la renuncia expresada por motivos políticos. En el previo de la proclamación republicana presidió el gran mitin electoral del 5 de abril de 1931, junto a socialistas y cenetistas, y, por supuesto, iba en la lista conjunta al Ayuntamiento. Una maniobra hábil de las derechas desbarató la posibilidad de que el abogado Gabriel Martínez de Aragón Urbiztondo se hiciera con la alcaldía, de manera que se acudió a González de Zárate como alternativa. En la tarde noche del día 14, encabezando una manifestación popular, obligó a que el integrista José Gabriel Guinea le entregara el bastón de mando. En su gestión, fue Tomás Alfaro más alcalde que él, al sustituirle en sus numerosas licencias por trabajo o personales. A diferencia de este, azañista, Zárate se quedó en el Partido Republicano Autónomo alavés, sin identificarse con ninguna facción partidaria nacional, lo que le permitió mantener su autoridad y respetabilidad al escapar de las continuas disputas entre elementos de este campo político. El 22 de febrero de 1936 recuperó la alcaldía tras haber sido separado de su puesto por orden del gobierno Leroux, el 4 de septiembre de 1934, junto a otros muchos ediles vascos, como consecuencia del “conflicto del vino” o “pleito de los ayuntamientos”.

Tras el golpe de julio del 36 fue destituido y al mes siguiente encarcelado. Entonces vivía en Rioja 20 (esquina con Florida). El último día de marzo de 1937 fue sacado junto con otros quince opositores a los alzados y, tras ser conducidos al puerto de Azáceta, fueron asesinados. Fue la manera que tuvo Emilio Mola de paralizar cualquier reacción en retaguardia justo antes de iniciar la campaña para hacerse con el Frente Norte. Sin embargo, fueron las autoridades locales las que contestaron airadamente, desplazándose incluso al Cuartel General de Burgos, para expresar su rechazo a esa criminalidad. Mola no tuvo en Vitoria nombre de calle; como mucho, se llamó así al aeródromo tras su muerte. Por su significación institucional y personal, González de Zárate fue muy reconocido en diversos actos llevados a cabo en la presente etapa democrática.

FUENTES: Antonio Rivera, La utopía futura. Las izquierdas en Álava, Vitoria, Ikusager, 2008, pp. 53, 57-58, 78, 98, 104, 120, 139, 142, 179-180, 184-185, 188, 191-192, 249, 265 y 272-3; Javier Gómez Calvo, Matar, purgar, sanar. La represión franquista en Álava, Madrid, Tecnos, 2014, pp. 91-92, 98 y 167; Santiago de Pablo, La Segunda República en Álava. Elecciones, partidos y vida política, Bilbao, Universidad del País Vasco, 1989. Actas Ayto de V-G de septiembre de 1934.

7 Colegio Samaniego

El Grupo Escolar Samaniego fue inaugurado por las autoridades republicanas el día de San Prudencio de 1935, junto con las nuevas estaciones ferroviarias del Norte y del Vasco-Navarro. Presidió el alcalde Manuel Díaz de Junguitu, junto a las autoridades locales (Luis Dorado al frente de la Gestora Provincial y el gobernador civil Bermúdez de Castro) y las llegadas desde Madrid. La comitiva fue recibida por el director, Fernández del Castillo, con los alumnos formados en el patio del colegio. El alcalde, del Partido Radical de Lerroux, dirigió unas palabras y terminó con unos vivas a España y la República. La primera piedra la habían puesto Fernando de los Ríos y Rodolfo Llopis, en mayo de 1933. A la vez que este centro, se construían otros dos en la calle Florida y en la de Ali, así como otros en pueblos de la provincia, como Elciego, Oyón y Santa Cruz de Campezo. El esfuerzo republicano por la educación pública fue patente. En lugares de alta escolarización como Vitoria, el alumnado de centro privados religiosos duplicaba al de los públicos.

El nuevo centro estaba ubicado en la calle Monseñor Estenaga (entonces Francia), junto a las vías del Ferrocarril Vasco-Navarro y a poca distancia de su estación de la calle Los Herrán, y en las traseras de la fábrica de cartuchos de Orbea. Fue construido el edificio según un proyecto del arquitecto Miguel Mieg. Era de grandes proporciones, con una fachada de cien metros y tres plantas, conteniendo dieciocho aulas, para las que todavía no había maestros y maestras tituladas suficientes; también tenía cantina y cocina. A poco de abrirse llegó la guerra y necesitó ser utilizado como hospital de sangre. Era uno de los más antiguos de la ciudad porque hasta los años sesenta solo estaban este y los de La Florida, Fray Zacarías (en el Casco Viejo) y las escuelas de Ali. Durante el franquismo, en 1949, se incorporó el colegio a las Escuelas de Jesús Obrero, un centro de los jesuitas de formación profesional; muchos chicos pasaban a ese centro al acabar sus estudios primarios. En 1960 el Grupo Escolar tenía más de mil alumnos, dos tercios de ellos chicos, y la educación se hacía en clases separadas, aunque todos compartían el mismo espacio. En 1966 se independizó de Jesús Obrero y quedó como centro público dirigido por un patronato local de las cajas de ahorros, la Diputación y el Ayuntamiento.

Lleva el nombre de Félix Mª Samaniego, el más importante fabulista español del siglo XVIII y un ilustrado y enciclopedista que tuvo problemas con la Inquisición del tiempo por su literatura y sus ideas avanzadas y anticlericales. Es de destacar su texto de poesía erótica El jardín de Venus y, sobre todo, su colección Fábulas en verso castellano para el uso del Real Seminario Bascongado, editado en 1784 y donde incluye 157 fábulas distribuidas en nueve libros, algunas tan famosas como “Congreso de ratones”, “La cigarra y la hormiga”, “El perro y el cocodrilo” o “La zorra y las uvas”.

En la actualidad, el Colegio Samaniego es un centro público integrado y destaca por tener una gran mayoría de estudiantes no autóctonos, siendo un ejemplo de esfuerzo y resultados de integración multicultural.

FUENTES:La Libertad, 29 de abril de 1935 (disponible en   http://www.liburuklik.euskadi.eus/handle/10771/12327#&gid=1&pid=7); Ernesto Ladrón de Guevara, La conformación del sistema educativo en Álava (1860-1936). Centralización y foralismo, Vitoria, Diputación Foral de Álava, 2000.

Vitoria, 1936 a 1958

Vitoria, 1936 a 1958 (anverso)

1 Los cuarteles de Vitoria
  1. Los Cuarteles de Vitoria

Una representación de arquitectura cuartelera vitoriana ha sobrevivido gracias a su reconversión en facultades universitarias. Nos recuerdan los tiempos en los que Vitoria era conocida popularmente como la“ciudad de curas y militares”.

El hoy Archivo Municipal, y Vicerrectorado de la UPV, acogió a unos 400 soldados del Regimiento de infantería Cuenca 27, que había participado en la Guerra de Cuba. En la Guerra Civil pasó a llamarse Batallón de Montaña Flandes número 5.

Es en este cuartel donde se gestó la conspiración franquista en Vitoria. En la madrugada del día 19 se detuvo a dos ciclistas requetés que traen las órdenes finales desde Estella para Camilo Alonso Vega, teniente coronel en jefe del Batallón Flandes. Esto precipita los acontecimientos. El gobernador civil ordena al gobernador militar, García Benítez, que detenga a Alonso Vega. Indeciso, éste conferencia con los coroneles V. Abreu y Campos-Guereta, que le invitan a unirse a la sublevación, lo que le decide a incorporarse a ella. Enterado de ello el gobernador civil, Navarro Vives, reclamó el apoyo de la Guardia Civil y de Asalto, y al no obtenerla, tras valorar con el comité del Frente Popular las fuerzas que tenían, solicitó y obtuvo salvoconducto a cambio de entregar el mando de la provincia al gobernador militar, y salió hacia Bilbao.

Una hora después, a las siete de la mañana, a través de una orden leída por el capitán Tapia, los golpistas proclaman el estado de guerra, asumen los poderes civil y militar y ponen las tropas en la calle. En los locales de Hermandad Alavesa,se apuntan y movilizan los voluntarios carlistas y, algunos falangistas, que suman de inmediato 1.350 hombres. Los partidos y sindicatos de la izquierda reaccionan convocando una huelga general el lunes 20, que es abortada por los guardias abriendo fuego y matando, al menos, a dos huelguistas y deteniendo a cuantos pillan por la calle. Además, los golpistas exigen la lista de los huelguistas a las empresas.

En el Paseo de las Universidades, se concentraban otras tres instalaciones militares. El cuartel de Santa Teresa (hoy Facultad de Farmacia), el parque de Intendencia y finalmente, el parque de Artillería.Estas instalaciones tuvieron mucho armamento y tropas involucradas enla guerra.

El 7 de agosto de 1937 el parque de Artillería sufrió un incendio, que pudo ser casual o intencionado. La prensa local de la época no recoge lo ocurrido. Como en el accidente del avión alemán en la plaza de España, las autoridades ocultaron la verdad a los vitorianos.

Estos cuarteles sufrieron cuatro (cinco, según otras fuentes) bombardeos de la aviación republicana. Uno el 17 de septiembre de 1936que ocasionó 11 muertos, 8 de ellos soldados del cuartel de Caballería.Las sirenas de las fábricas anunciaban el peligro para que la población se refugiara en algunos sótanos: la cripta de la catedral nueva, las dos cajas de ahorro o en el número 49 de la calle Dato con capacidad para 400 personas. Como represalia de este bombardeo fueron asesinados en Bayas ese día seis presos, entre ellos el Diputado General, miembro de Izquierda Republicana, Teodoro Olarte.

El informe del Inst. Gogora de 2021,apunta 20.970 personas muertas por la guerra en Euskadi. Álava movilizó para la guerra unos 14.000 mozos de los que 1575 perdieron la vida en el frente, (978 en el lado golpista y 597 en el republicano).

BIBLIOGRAFÍA:

https://www.elcorreo.com/alava/araba/201511/17/lluvia-bombas-sobre-salesas-20151116225757.html

RUIZ LLANO, Germán, Militares y Guerra civil en el País Vasco. Pg. 24, 27 y 34.

2 Vicente Abreu Madariaga

Aunque la propaganda y la historiografía del régimen señaló a Camilo Alonso Vega como el gran muñidor del golpe de estado en Vitoria el 18 de julio de 1936, los historiadores actuales consideran que ese papel clave le correspondió al entonces coronel de caballería, Vicente Abreu Madariaga (Vitoria-Gasteiz, 1879-1974).

Miembro de la antirepublicana y progolpista Unión Militar Española, se encargó personalmente de adherir al “alzamiento” al Coronel Campos- Guerra, del Gobernador militar de Álava García Benítez y al Comandante provincial de la Guardia Civil el T. Coronel Mario Torres.En su condición de alto jefe militar y golpista en Vitoria, ocupaba un lugar prominente en el grupo de autoridades que presidía losdesfiles de las milicias requetés y de las fuerzas militares durante la guerra.

Presidió, así mismo, juicios militares, entre otros el de Columba Fernández, condenada a cuatro años por un reproche verbal, lo que era la antesala de su asesinato y desaparición, sin que Abreu hiciera nada serio porque se investigara éste y otros casos semejantes.

Fue gobernador militar de Álava y, más tarde nombrado presidente de la Diputación alavesa, cargo del que tomó posesión el 26 de julio de 1943 y dimitió en septiembre de 1944 por discrepancias con la renovación de cargos que el falangismo le exigía en ese momento.

Abreu era un hombre monárquico y conservador que no toleraba la política de las emergentes fuerzas de la Falange en Álava.Construyó una gran mansión en Maeztu y estaba casado con Inés Hidalgo de Cisneros y Manso de Zúñiga, hermana de padre (Ignacio), de Ignacio Hidalgo de Cisneros.

Retirado de su vida pública, Abreu se dedicó a la pintura al igual que otros militares vitorianos como Teodoro Doublang o Aurelio Vera-Fajardo, que también tienen calle en la misma zona de los Pintores del barrio de San Martín.

La calle le fue concedida el 13 de diciembre de 1977 junto con otros pintores, por la Corporación municipal salida de las elecciones por tercios de noviembre y diciembre de 1973, las últimas de la dictadura franquista.

El Ayuntamiento de la Ciudad le distinguió en 1941 con el título de Hijo Predilecto de Vitoria, y todavía le dedica una calle a título de pintor.

Bibliografía.

https://aunamendi.eusko-ikaskuntza.eus/es/abreu-madariaga-vicente/ar-925/

Ruiz Llano, Germán: Álava una provincia en pie de Guerra. Ed. Beta, Bilbao; pgs 212, 216, 219.

3 Nazis en Vitoria

3 – Nazis en Vitoria.

Vitoria se vio sometida durante la Guerra Civil a una gran presencia de nazis alemanes y fascistas italianos. La importancia estratégica de la ciudad con sus dos aeródromos militares y su ubicación como nudo de comunicaciones por ferrocarril y carretera la hizo especialmente codiciable.

Los seis primeros aviones alemanes, todos biplanos Heinkel 51, habían llegado a Cádiz en el carguero alemán Usaramo la noche del 5 al 6 de agosto de 1936.El 26 de septiembre aterrizaron en el nuevo aeródromo “José Martínez de Aragón” bajo bandera golpista.

El personal de la escuadrilla, los seis aviadores y los mecánicos, fueron alojados en el Gran Hotel Frontón, calle San Prudencio 7, (lo que ahora es el Elkartetxe). No fueron registrados para llevar en estricto secretosu presencia. Tenía 35 habitaciones, todas con baño y teléfono individual, salones para banquetes y comedor.

Según informaciones recogidas por el diario La Vanguardia, los alemanes ubicaron en Vitoria su cuartel General. En el Hotel Frontón se reunieron los altos jefes de la Legión Condor presidida por Hugo Sperrle, WolframVon Richthofen y el jefe de blindados Whilem Thoma.

Las autoridades no tardaron en recibir a los voluntarios teutones en el Consistorio y ofrecerles un coctel de bienvenida. Esta llegada la aceleró el bombardeo protagonizado por cinco aviones republicanos el 17 de septiembre de 1936, que habían ocasionado 11 muertos. Durante la guerra abundaron en Vitoria los desfiles y homenajes a las tropas alemanas e italianas que luchaban en el bando golpista.

En una de ellas, en la mañana del 28/9/1936 se estrelló en la plaza municipal uno de los avionesexhibicionistas. Varios funcionarios municipales salieron del Ayuntamiento con una lata de pintura y unas brochas para cubrir precipitadamente de color rojo la cruz gamada que mantenía el avión en el fuselaje. Los militares pidieron a la población que se marchara a sus casas porque “los rojos volverán para bombardear”.Murieron el aviador alemán y las de dos civiles vitorianos. Las autoridades franquistas trataron de ocultarloa la prensa internacional.

El 4 de noviembre, como respuesta al ataque del Ejército vasco sobre Villarreal llegaron a Vitoria otros 6 cazas alemanes. Lo hicieroncomo Legión Condor que ya se había constituido. Participaron en los combates aéreos ese mes y en un bombardeo sobre Bilbao el 4 de enero.

La “Legión Cóndor”estableció su cuartel general en Vitoria dos días antes de la ofensiva rebelde sobre el Frente Norte y bombardeó Guernica desde el aeropuerto de Salburua.

La participación alemana e italiana en esa campaña fue decisiva. El objetivo de ambos ejércitos era probar su tecnología de guerra.Se calcula que dos tercios de las bajas en el ejército republicano vasco fueron producidos por italianos y el resto por los alemanes. Un 20% por la aviación y un 30% por la artillería. Los alemanes registraron unas 700 bajas.

Bibliografía:

VARGAS ALONSO, Francisco Manuel. ‘La intervención alemana en el País Vasco’  

‘Vanguardias peligrosas. La Alemania nazi y la Italia fascista en Vitoria (1936-1939). Exposición

‘Europa en llamas’ Ecos de la Alemania nazi en Vitoria (1939-1945). Exposición Sancho el Sabio.

3 Nazis en Vitoria

Vitoria se vio sometida durante la Guerra Civil a una gran presencia de nazis alemanes y fascistas italianos. La importancia estratégica de la ciudad con sus dos aeródromos militares y su ubicación como nudo de comunicaciones por ferrocarril y carretera la hizo especialmente codiciable.

Según informaciones recogidas por el diario La Vanguardia, los alemanes ubicaron en Vitoria su cuartel General. En el Hotel Frontón se reunieron los altos jefes de la Legión Condor presidida por Hugo Sperrle, WolframVon Richthofen y el jefe de blindados Whilem Thoma.

La participación alemana e italiana en esa campaña fue decisiva. El objetivo de ambos ejércitos era probar su tecnología de guerra.Se calcula que dos tercios de las bajas en el ejército republicano vasco fueron producidos por italianos y el resto por los alemanes. Un 20% por la aviación y un 30% por la artillería. Los alemanes registraron unas 700 bajas.

Bibliografía:

VARGAS ALONSO, Francisco Manuel. ‘La intervención alemana en el País Vasco’  

‘Vanguardias peligrosas. La Alemania nazi y la Italia fascista en Vitoria (1936-1939). Exposición

‘Europa en llamas’ Ecos de la Alemania nazi en Vitoria (1939-1945). Exposición Sancho el Sabio.

4 Prisiones y asesinatos en Vitoria

En su plan de “limpieza” de opositores, los golpistas habilitaron toda clase de instalaciones donde –con ayuda de La Hermandad Alavesa, por ejemplo- apresaron a cuantas personas veíancomoenemigas del “Alzamiento liberador de España”.

A mediados de 1937, sólo en Vitoria, mantenían encarceladas unas 4.000 personas. Por ello, no exageramos si apuntamos que tras el golpe pudieron ser secuestradas en estos“centros de concentración”, más de 12000personas, (se sabe que aproximadamente eran cuatro veces más de los que quedaban detenidos).

Los centros de detención más conocidos que hubo en la capitaleran:

  • La Plaza de Toros, donde tras el golpe secuestraron no menos de 3000 personas hasta su clasificación como “retenibles” o “liberables”cosa que podía durar meses.

Otros centros de concentración fueron: El Seminario Viejo (Plaza Sta. Ana), las escuelas de la Calle Florida; las de Ali; la cárcel de Nanclares…

Las prisiones propiamente dichas fueron:

  • El Convento de los Carmelitas, que en 1937 llegó a albergar 800 presos repartidos en cincuenta celdas, con dos retretes y un urinario para todos ellos. (Tocaban a 15 presos por celda obligados a dormir de lado).
  • El Colegio del Sagrado Corazón de las Carmelitas, que entre 1937 y 1938 mantenía presas 238 mujeres, de las que el 91% estuvo detenida una media de 120 días, por denuncias, por ser familiares, novias o mujeres de rojos o por opinar en contra del “Movimiento”.
  • El Asilo de Las Nieves, que el 8/2/1938 mantenía 158 presos, de ellos 8 mujeres. 
  • La prisión principal fue la Provincial situada en la calle La Paz, por donde pasaron entre 1937 y 1939,al menos 5.185 prisioneros.Custodiados por una guarnición de soldados, y 8 monjas, Hermanas de Santa Ana.

Unas 203 personas, fueron asesinadas en Álava extrajudicialmente por los golpistas y 46 por los republicanos.El sistema empleadopor los golpistas los primeros meses,consistía en la revista a los presos por requetésen los centros de concentración, llevándose a quiense les antojaba sin que ninguna autoridad rebelde hiciera nada por oponerse o esclarecer esas desapariciones.

Otra fórmula era la llamada “sacas: la Delegación de Gobierno de Álava emitía una órden de libertad para los presos, que a altas horas de la noche eran liberadosyenla calle se encontraban los “amigos” que los secuestraban. Se daba a entender que eran actos de «incontrolados», cuando lo eran de forma coordinada con las autoridades. De todos los asesinados en Álava, 73 lo fueron por este método. Así fueron asesinados: el 17 de agosto de 1936 el Diputado General T. Olarte junto a otras 4 personas; en otra del 22 de noviembre lo fue, entre otros, el director de Álava Republicana, Manuel García Lorencés, y en la conocida como “saca” de Azazeta realizada el 31 de marzo de1937, lo eran 16 personas, entre ellas el alcalde de IR, T. Glez de Zárate. Es por esto que el último dato que consta en los archivos sobre las víctimas es su orden de libertad firmada por ellas. Estos «paseos» fueron habituales desde agosto de 1936 hasta diciembre del mismo año.

BIBLIOGRAFÍA

Martínez Mendiluce, Jose Antonio, y Luis: Historia de la resistencia antifranquista en Álava 1939-1967. Edita: Txertoa. 1998.

Lpz. de Maturana, Virginia (2019): ‘Vitoria-Gasteiz. Ciudad con memoria’. Ayto. de Vitoria.

http://www.errepublika.org/La-represion-franquista-en-el-Pais-Vasco-Carceles-campos-de-concentracion-comienzo-postguerra-9.htm

https://www.google.es/url?sa=i&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=&cad=rja&uact=8&ved=0CAIQw7AJahcKEwiIid3hgun_AhUAAAAAHQAAAAAQAg&url=https%3A%2F%2Fbideoak2.euskadi.eus%2F2019%2F07%2F03%2Fnews_55602%2FInforme_violaciones_DDHH_en_Euskadi_Guerra_Civil_y_Franquismo_CAST__azkena_.pdf&psig=AOvVaw1eD-oB9UzlslYpBlgrCbv9&ust=1688146725607354&opi=89978449
5 Aeropuerto General Mola

El aeródromo de Salburua, que fue conocido con los nombres, Martínez de Aragón y General Mola, se inauguró el 29 de septiembre de 1935. Sustituía al primer aeropuerto vitoriano situado en el campo de Lakua, que no reunía condiciones para la aviación del momento, si bien, ambos convivieron durante la Guerra Civil.

Vitoria-Gasteiz tuvo una especial relación con la aviación desde sus inicios. Estar situada en medio de la ruta Madrid- París aporta ciertas ventajas. Durante la República, los pilotos locales reclamaron un nuevo aeródromo ante la demanda de vuelos, entre ellos José Martínez de Aragón, un militar que luchó para conseguir la nueva pista. Su familia cedió gran parte de los terrenos. La Aeronáutica republicana se tomó en serio la propuesta. Y en 1934 autorizó la construcción de un nuevo campo de vuelo. Una comisión técnica eligió las campas de Zalburu

Martínez de Aragón no pudo ver cumplido su sueño. Murió en un accidente de aviación cuando volvía desde Madrid de recoger la documentación del aeródromo.

Desde el principio de la Guerra Civil el aeropuerto se convierte en un lugar estratégico.

En septiembre de 1936 llegaron los primeros pilotos de la Legión Condor alemana, que eligió el aeródromo como su base de operaciones, igual que un destacamento de la aviación italiana. Cuando se inicia la ofensiva franquista del Frente norte entre marzo y julio de 1.937, se concentran más de 80 aparatos.

Los bombarderos,Heinkel He-111que lanzaron cerca de 40 toneladas de bombas contra la villa foral y la escuadrilla de cazas Junker Ju-52 y otra del modernísimo caza Messerschmittt Bf 109, que protegieron a los bombarderos y ametrallaron a la población civil mientras huía de las bombas, partieron el 26 de Abril de 1.937 del aeródromo de Vitoria. La villa ardió y quedó reducida a escombros.

El Messerschmitt fue el avión alemán por antonomasia durante la II Guerra Mundial: el caza más fabricado de la historia, y se utilizó en la Guerra española como banco de pruebas. Otro avión con leyenda fue el Airspeed As-6 Envoy, de origen inglés, en el que el 3 de junio de 1937 se estrelló en Alcocero (Burgos), el general Mola, cuando volvía a Vitoria. El llamado “Director” del golpe de estado fascista utilizaba este avión comercial para sus desplazamientos.

Entre los visitantes ilustres que pisaron los hangares del aeropuerto destacó la figura del Ministro de Asuntos Exteriores italiano, Conde Ciano.

Tras la guerra, se cambió el nombre del aeropuerto en memoria del general golpista, Emilio Mola. Cada vez que nacía una compañía o se abría una nueva línea de Vitoria con alguna ciudad, se festejaba como un gran acontecimiento. Así se hizo cuando un Bristol 170 de Aviaco, con capacidad para 56 pasajeros, inauguró la línea Madrid-Vitoria en julio de 1952.

BIBLIOGRAFIA

https://www.elcorreo.com/alava/araba/201510/14/aeropuerto-para-ovejas-20151013084901.html

6 Casa de Piedad. Hospicio de Vitoria

Este centro adquirió especial protagonismo a raíz de la Guerra Civil, contienda que en cálculos de los expertos, provocó quealrededor de33.000 niños y niñas fueran oficialmente evacuados al extranjero desde las zonas republicanas. En las zonas bajo control rebelde la protección a los niños se hizo mediante las Casas de Caridad, los Hogares del Auxilio Social, y la beneficencia.

Excluidas de ayudas institucionales, decenas de mujeres alavesas que perdierona sus maridos por defender la República, y con ellos elúnico sustento familiar, se vieron obligadas aingresar a sus hijas/os enla Casa de Caridad. Dramática situación en la que pudieron quedar más de 100 viudas con hijos.La extendida pobreza hacía que hubiera lista de esperapara acceder a la Casa, y se recurriera a las recomendaciones.

A finales delos años 30, e inicios delos 40,la Casa de Piedad de Vitoria mantenía unos 85-90 niños de entre unos 2 y 18 años, y a un número algo inferior de niñas. En su mayoría procedían de Álava, y en unos pocoscasos de Burgos y Rioja. También acogíaaunos 50 ancianos,inválidos, o sin recursos. La gestionaban unas 25 monjas de San Vicente de Paúl, popularmente Hijas de la Caridad, bajouna superiora, María Dorao, hermana del periodista Luis Dorao.

Estos infantes, recibían educación básica en cuatroaulas, dospara las niñas y otras dos para los niños, a manos de unas monjas y maestros. Lesllamaban por el“mote” yno excluíanlos castigos violentos(cintazos, estar de rodillas durante horas). Todos los días se levantaban a las 7:30 de la mañana, a las 8 asistían a misa y a las 9 entraban en clase hasta las 12. A las 6 de la tarde rezaban el rosario.

Si bien las legumbres que comían tenían sus años ysus “inquilinos”, en esta casa se pasaba menos hambre que en las casas pobres de Vitoria. En la festividad de S. Vicente de Paúl, se juntaban los miembros del patronato, (Pedro Orbea, Guinea, López de Uralde, etc), y en las grandes fiestas religiosas (Corpus, La Blanca, Navidad) daban a los niños comida especial.

Tenían dos visitas a la semana, y las “pagas” que les daban los familiares debían de entregarlas al maestro,su “administrador”.

Estos niños también eran educados en “la picaresca”: en sus paseos alospoblados colindantes (Zurbano, Arriaga, etc), el maestro solicitaba una ayudaa “las caseras” para “estos niños pobres” (alubias, lentejas, patatas), que ellosrecogían en susbolsitasde la merienda, ocultaban al control del fielatoexistente al entrar enla ciudad,y al llegar a la Casa, el tutorles requisaba ‘su parte’.

La sangrienta matanza, de los 10, o más, cerdos que la Casa de Piedad sacrificaba cada año en su patio central, era para estos niños un espectáculo,que eran invitados a ver desde las ventanas.También, cuando los golpistas conquistaban una ciudad sacaban a estos niños a festejarlo por toda la ciudad, cantando el Oriamendi.

Bibliografía:

Reseña realizada en colaboración con Paco Lecuona y Julio García Ibañez.

https://www.elcorreo.com/jantour/comia-antiguo-hospicio-20190321124927-nt.html

7 Muro (zona este) del cementerio de Santa Isabel

Los primeros asesinados en Álava durante la Guerra Civil en la retaguardia franquista aparecieron en las cunetas o flotando en el Zadorra. El anarquista Mariano Gutiérrez fue hallado en Nanclares de la Oca el 9 de agosto de 1936 y el jornalero Eloy Pérez, en el río ese mismo día. Hubo muy distintas maneras de eliminar a los defensores de la República y una de las más comunes fue la de la ejecución frente a un pelotón en las tapias de los cementerios. Al tiempo que los escuadrones de la muerte, derequetés y falangistas, hacían las “sacas” un método de limpieza sin juicios, sin testigos y alejado de los núcleos de población, comenzaron los consejos de guerra sumarísimos que daban a las sentencias una apariencia de legalidad. Si las condenas eran a muerte, la forma más económica, para ahorrar el transporte de los ejecutados era matarlos allí donde los iban a enterrar.

Contra el muro del cementerio de Santa Isabel, aledaño a la fosa común de enterramiento de “los impíos”, fueron asesinadas treinta y dos personastras ser condenadas a muerte en sentencia militar entre 1936 y 1945. El muro-paredónde ejecuciones erael tramo situado al Sur-Este, frente a los campos de futbol del Vitoria C.F,seguía con una pequeña inclinación, la línea de la calle San Roque del cementerio, tenía unos 2,5 mts de altura, y fue derruido en 1958 para la ampliación del mismo.En 1985 se sustituyeron los muros por verjas, y en 1988 las fosas comunes se convirtieron en zonas de césped.

El primero en caer por las balas de un pelotón, fue el vitoriano Juan José Rodríguez Rodríguez, miembro de las Juventudes Socialistas Unificadas, fusilado el 12 de agosto de 1936, hacía el servicio militar en el Regimiento Flandes como cabo. Tenía 23 años. Un día después eran ejecutados en la tapia Pedro Varona, carpintero de la CNT, Daniel Puente Martínez, alpargatero; e Isidoro García de Albéniz Martínez de la Hidalga de Miranda de Ebro. Este último, concejal de esa localidad burgalesa dirigía el grupo de militantes izquierdistas camino deEibar a por armas. Habían sido interceptados en Vitoria el mismo 19 de julio de 1936.

El día 14, eran abatidos frente a la tapia, los mendigoizales vizcaínos Esteban Elguezábal y José Cortabarría, y el ugetista vitoriano Primitivo Estavillo. Los tres habían sido detenidos por requetés en el monte Gorbea el 31 de julio de 1936.

La concentración de los fusilamientos en tan poco espacio de tiempo se debió a la caída de Vizcaya que propició la detención de milicianos significados en su defensa como el consejero del Gobierno vasco, Alfredo Espinosa, el gestor de la Diputación alavesa, José Placer (huido al comienzo de la guerra), o el periodista nacionalista, Esteban Urquiaga ‘Lauaxeta”, todos ejecutados en apenas dos meses.

Las ejecuciones continuaron de manera más esporádica hasta 1944. Los últimos fusilados fueron los hermanos Antonio y Joaquín Quirce Fernández el 25 de noviembre de 1944.  Nacidos en Cantabria eran vecinos de Miravalles y participaron como milicianos durante la guerra en el batallón Leandro Carro. Detenidos junto a gran parte del Ejército vasco en Santoña en 1937, fueron condenados a seis años por rebelión, pero al salir por beneficios penitenciarios fueron señalados como autores del crimen del dirigente carlista de Amurrio José María Viguri y su hija Guadalupe, de 13 años.

BIBLIOGRAFIA

GÓMEZ CALVO, Javier. ‘Matar, purgar, sanar’. La represión franquista en Álava. Madrid, Tecnos, 2014.

Vitoria, 1936 a 1958 (reverso)

1 La metalúrgica vitoriana

La conocida como ‘La Meta”, fábrica de maquinaria agrícola, fue la primera de las grandes factorías vitorianas. Permaneció activa hasta los años80 del S. XX, y empleó a miles de alaveses.

Creada en 1902, una etapa de desarrollo industrial, favorecido por la repatriación de capitales procedentes de las colonias españolas Cuba, Puerto Rico y Filipinas. La Meta y un puñado de fábricas dieron carácter industrial a Vitoria, una ciudad de 30.000 habitantestradicionalmente comercial y de servicios.Cerca del 40% de su población activa trabajaba en tiendas, un 30% en pequeños talleres, un 12% era sirviente en las casas de la burguesía local, un 2,5% funcionarios, un 15% militares y un 0,4% religiosos.

Hacia 1910 fue adquirida por Segundo Aranzábal, que en 1911 se unió al industrial bilbaíno Serafín Ajuria, En 1927, se convirtió en «Ajuria S.A.», al desvincularse los hijos de Aranzábal de Serafín Ajuria, pero continuó ubicada en la parcela que actualmente ocupa el barrio San Martín. La maquinaria agrícola que producía contribuyó a modernizar el campo español.

Durante la República, en los años, de 1931 al 33, “La Meta” tuvo una vida sindical muy activa, protagonizada por la CNT en defensa del empleo y los trabajadores reivindicativos, frente a una patronal que los despedía y hacía encarcelar con total impunidad. En esa lucha brilló Valentín García Presa hasta ser despedido a últimos de 1933.

Durante la Guerra Civil, se dedicó a fabricar lingotes de acero para armas para los rebeldes, y sus beneficios pasaron de medio millón de pesetas en 1936 a dos millones en 1940.

El fabricante eibarrés Orbea también multiplicó su producción de cartuchos en Álava. Guipúzcoa fue el mayor abastecedor de armamento del ejército golpista. seguida de Sevilla, Pontevedra y Álava!

En 1946, tras una huelga iniciada por los obreros de la metalúrgica ‘Aranguiz’ que pedían un aumento del salario, los trabajadores de Ajuria también salen a la huelga en el mes de agosto. Las razones son igualmente los bajos salarios y la denuncia de los problemas del racionamiento de alimentos básicos. Un año después, en 1947, y desde el 23 de mayo hasta el día 28, ochocientos trabajadores de Ajuria se declararon en huelga de brazos caídos exigiendo una gratificación salarial de una semana para hacer frente al coste de la vida. La fábrica fue desalojada por la policía y los huelguistas obligados a solicitar su readmisión por escrito. No lograron éxito, y cien de ellos fueron a la cárcel, y despojados de su plus de antigüedad. Posteriormente, el famoso gobernador civil Luis Martín-Ballestero levantó la sanción.La meta también protagonizó junto a otras fábricas vitorianas las huelgas de mayo de 1951.

En 1954 llegó a ser la mayor empresa de fabricación de maquinaria agrícola, con cerca de 1.000 trabajadores. La maquinaria agrícola que producía contribuyó a modernizar el campo alavés y el de todo el país. pero sucumbió al avance tecnológico e industrial, cerrando en octubre de 1973.

BIBLIOGRAFÍA

https://www.elcorreo.com/alava/araba/201512/10/meta-vieja-factoria-vitoriana-20151206154639.html

Rivera, Antonio (2009). ‘Amoldados, disidentes y opositores; antifranquistas en territorio leal’, dentro de ‘Dictadura y desarrollismo. El franquismo en Álava’. (Coord. Antonio Rivera). Edita Ayuto de Vitoria.

2 Bruno Ruiz de Apodaca Juarrero

Zapatero de profesión, fue el presidente de la Juventud Obrera Católica local. Durante los últimos años de la II República destacó como propagandista de la Casa Social Católica, encontrándose envuelto en varios disturbios callejeros. En las algaradas del intento de golpe de estado de 1932 (la «sanjurjada«), fue herido de bala por la policía. Debido a ello, no fue movilizado a raíz del golpe de 1936. No obstante, ya en 1935 estaba organizando desde “La Hermandad Alavesa” lasmilicias del Requeté Auxiliar, con el rango de teniente. Así, durante la noche del 18 de julio de 1936, se apostó delante del Gobierno Civil, y fue tomando nota de los posibles opositores al golpe de estado, a los que apresaría y ejecutaría después.

Fue pieza clave en las “sacas” y responsable de las “patrullas” que, impunemente,fueron sembrando de muertos Álava, e incluso LaRioja.Bajo las órdenes y protección de Alfonso Sanz Gómez, jefe provincial de la policía, recorría los pueblos, unas veces con una lista previamente confeccionada, y otras improvisándola en el lugar. No obstante en algunas localidades, (Salvatierra, Berantevilla, San Román de San Millán), se encontró con la oposición de algunos alcaldes carlistas, quele impidieron se llevaran a sus convecinos. En algunos casos los hombres de Apodaca torturaron a sus víctimas antes de matarlas.

Se tienen referencias de otras personas que participaron en los escuadrones de Bruno Ruiz de Apodaca: Anuntzibai (guardia municipal); Del Pujo, «Turuta», «El Bizco»…

En noviembre de 1936, en la ofensiva de los sublevados sobreMadrid, Apodaca fue enviado a ese frente durante un par de meses, para hacer la “campaña de ejecuciones”, y sembrar el terror.Cuando la represiónpasó a manos de los Tribunales Militares, las actuaciones extrajudiciales cesaron; y Apodaca pasó a realizar informes sobre funcionarios desafectos al Régimen y los exiliados que solicitaban permiso para volver a España.

En septiembre de 1938 era nombrado “Agente del Cuerpo de investigación y vigilancia”, y en los años 40Jefe de la Policía Municipal de Vitoria, labor que desempeñó durante más de 20 años. Se caracterizó por los malos tratosa los detenidos, relacionándole incluso, con la muerte de alguno de ellos. En la policía tuvo como colaborador a Anuntzibai, compañero de los escuadrones de la muerte antes mencionados. En 1967 ambos seguían en servicio.

En 1952 fue uno de los promotores de la erección de la polémica cruz de Olarizu.

De las paredes de la sala de estar de su vivienda colgaban media docena de diplomas y medallas con que la Dictadura premió sus servicios. Entre ellas estaba la medalla al Mérito Civil que el gobernador civil E. Oltra Moltó le colgóel 29 de febrero de 1968.Nunca mostró arrepentimiento por sus actos, al contrario,se jactaba de haber matado a más de 100 personas, lo que le ocasionó enfrentamientos, particularmente con familiares de sus víctimas.Parece que su orgullo por sus andanzas no era tal dado que sus vecinos fueron oyentes, en verano, de los gritos que a causa de las pesadillas emitía algunas noches.

Vivía en C/ Ramiro de Maeztu 15-3º Dcha, en “las casas de falange”construidas en 1945 por el Ministerio de la Vivienda falangista,en. Murió hacia 1985 de un ataque al corazón.

Bibliografía:

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https://es.wikipedia.org/wiki/Bruno_Ruiz_de_Apodaca

Martínez Mendiluce, Jose Antonio, y Luis: Historia de la resistencia antifranquista en Álava 1939-1967. Edita: Txertoa. 1998.

Gomez Calvo, Javier: Matar, Purgar, Sanar. La represión franquista en Álava. Edit. Tecnos. Madrid.

3 Ministerio de Educación y Cultura

Influenciada por el Krausismo, la II República fue uno de los primeros gobiernos europeos en reconocer la importancia de la educación universal. Afrontaba asíel analfabetismo estimado en un 40%, en el 60% en algunas provincias, y afectando especialmente a las mujeres.

Por ello los golpistas vieron en los profesionales de la enseñanza los responsables de haber inoculado en la sociedad «el virus republicano. Al establecer su primer gobierno el 30 de enero de 1938, Franco distribuyó los 11 ministerios por las capitales que estaban en su poder, y los Ministerio de Educación y Justicia los situó en Vitoriahasta el 9 de agosto de 1939.

Nombró ministro de Cultura y Educación al monárquico Pedro Sainz Rodríguez, miembro del Renovación Española y colaborador importante en el golpe, se ocupóen acabar conlos valores republicanospara imponer la”recatolización”enla educación y la cultura española.

Entre los asuntos gestionados por este Ministerio de Educación en Vitoria estaban: restablecer el privilegio educativo a la Iglesia;la censura (educativa, religiosa, cultural, informativa,…); el expurgo de libros prohibidos de escuelas y bibliotecas; La Exposición Internacional de Arte Sacro en Vitoria, en mayo de 1939, y sobretodola depuración de maestros/as mediante dictámenes que las Comisiones provinciales de Depuración enviaban a la Comisión Superior Dictaminadora, y esta elevaba a definitivos en Vitoria.

LaComisión Superior estaba presidida por J. María Pemány tenía como Vicepresidente a Enrique Suñer (Director), con Eugenio Vegas y Mariano Puigdollers como vocales. Varios investigadores apuntan aque fueron más de 500.000 los/aslos expedientes abiertos a los/as profesores/as y personal vinculado a la enseñanza. Las plazas que se libraronfueronocupadas por personas cuyo mayor mérito era ser leales al Movimiento Nacional.De 505 catedráticos de universidad, 290 quedaron depurados.En Álava más de 100 maestros/as sufrieron algún tipo de sanción, un 18% del total, un porcentaje menor que la media española, estimada alrededor de 25 %.

Hoy, 85 años después, carecemos de cifras de los docentesasesinados en España, pero sabemos que fueron miles. En Álava conocemos el asesinato de nueve: B. Domingo, maestro de Galarreta y delegado gubernativo republicano; M. Gil, de Zalduendo, M. Rodríguez, de Gordoa; ​F. PérezP. de Subujana-Morillas; Julio Martín Fdez Bobadilla de Laguardia; J. F. Otz de Anda de Labastida; B. Plágaro y V.Fdz Larrea ambos de Valdegovía y C. Guzmán de Vitoria.

Como demostración de adhesión al bando nacional,se animaba a la población a quemar los libros progresistas en las calles, al término de actos civiles y religiosos.

De este mododestruyeron la obra escolar republicana, acabaron con el laicismo, la coeducación de calidad para las clases populares…En ese vacío se implantó la educación antiliberal, agresivamente nacionalista española y ultracatólica, generandoel atraso cultural, social, económico que hoy subsiste.

Bibliografía.

https://www.eldiario.es/sociedad/medio-millon-nombres-vinculados-ensenanza-depurados-franquismo_130_6516477.html

http://savonarolamiscelanea.wordpress.com/2012/11/19/expedientes-de-depuracion-de-magisterio-1936-1945/

https://www.eldiario.es/cultura/infames-retroceso-espana-adelanto-ultimo-libro-antonio-maestre_1_6275224.html

https://es.wikipedia.org/wiki/Pedro_Sainz_Rodr%C3%ADguez

Gomez Calvo, Javier: Matar, Purgar, Sanar. La represión franquista en Álava. Edit. Tecnos. Madrid.

4 Ministerio de Justicia

El otro ministerio que tuvo su sede en Vitoria fue el de Justicia que se mantuvo en Vitoria hasta el 9 de agosto de 1939 y ocupó una parte del edificio de la Diputación, concretamente lo que hoy conocemos como oficinas técnicas, situadas a la izquierda de la plaza de la Provincia. Fueron viviendas mandadas construir por el arquitecto foral Saracíbar a finales del siglo XIX. Todos los edificios oficiales de Vitoria se utilizaron durante la guerra de forma polivalente. Concretamente en el segundo portal del pasaje que conduce a Vicente Goicoechea pusoel Frente de .Juventudes de las FET y las JONS su sede central en Vitoria, donde engatusaban a los niños necesitados con bocadillos, una sala de juegos, etc.

Responsabilizaron de este Ministerio mientras estuvo en Vitoria, a un carlista posibilista y ultrarreligioso, Tomás Domínguez Arévalo, Conde de Rodezno. Nacido en Madrid en 1883, sin embargo hereda de su padre la jefatura del carlismo navarro. En el juego de equilibrios políticos de todas las familias ideológicas que se levantaron contra la República, que manejó a su antojo Franco, este abogado y terrateniente representó al carlismo abierto a la unificación y al partido único.

Fue un verdadero martillo pilón contra la República y jugó un papel importantísimo en movilizar a los carlistas, aunque algunos sectores tradicionalistas no le perdonaron su pacto con los falangistas.

Durante su mandato, el Conde de Rodezno derogó la legislación de la II República para poner las bases de la dictadura franquista. Modificó el Código Penal, reintegró en sus puestos a los antiguos jueces, reconstruyó los Registros de Propiedad, abolió las disposiciones favorables al divorcio, matrimonio civil y condición de la mujer casada, y restauró la Compañía de Jesús. Fue el responsable de los asuntos religiosos, las prisiones y los campos de concentración.

En Vitoria, el ministerio de Justicia aprobó el reglamento “para el empleo de reclusos por cuenta de las entidades oficiales”. Se les pagaba 4,50 pesetas por día y obrero”, y se los podía enviara aquellas obras, que de no hacerse con ellos, no podrían efectuarse por falta de medios económicos o por falta de rentabilidad”. Se abría la puerta a la explotación de los presos políticos.

Tomás Domínguez Arévalo fue uno de los treinta y cinco altos cargos del franquismo imputados por la Audiencia Nacional en el sumario instruido por Baltasar Garzón, por los delitos de detención ilegal y crímenes contra la humanidad cometidos durante la Guerra civil española y en los primeros años del régimen. No fue procesado al comprobarse su fallecimiento.

Su nombre abrió polémica, ya que hasta abril de 2016 tuvo una plaza en su honor en Pamplona, ahora rebautizada como Plaza de la Libertad.

BIBLIOGRAFIA

-https://www.elcorreo.com/alava/araba/ministerios-franquistas-vitoria-20180104181328-nt.html

https://www.eldiario.es/euskadi/euskadi/sociedad/vitoria-capital-franco_1_3671915.html

https://es.wikipedia.org/wiki/Tom%C3%A1s_Dom%C3%ADnguez_Ar%C3%A9valo

5 Columba Fernández Doyagüe

Columba Fernández nació en San Vicente de la Sonsierra (La Rioja) el 31.12.1904, si bienera vecina de Vitoria-Gasteiz desde joven, en la calle Correría19. Su historia resume bien la arbitrariedad e impunidad que establecieronlos golpistas en julio de 1936.

El drama comenzó a fraguarse el 31 de Julio de 1936. Ese día Columba se encontraba en la entrada de la cárcel de la calle La Paz, como otras personas, a la espera de poder entrar a visitar a sus allegados. La represión masiva, ya había atestado las celdas de presos políticos.

Parece ser que ese día Columba rehusó la invitación a tabaco de un soldado que custodiaba la entrada de la prisión provincial, contestándole: “con vino y tabaco os engañan”. Columba era en Gasteiz una conocida militante anarquista, activa participante en movilizaciones obreras.Ya en la IIª República, en febrero 1932, había sido detenida junto a varias decenas de compañerosa causa de la huelga impulsada por la CNT que paralizó la ciudad. Esos antecedentes, y la denuncia del soldado criticado por ella, llevaron a los golpistas a detenerla e ingresarla en prisión por “insultos a la autoridad”.Se le abrieron diligencias en la causa 256, y en Consejo de Guerra celebrado el 12 de septiembre de 1936 y presidido por el Coronel Vicente Abreu, se la condenó a 4 años de prisión. El tribunal no escuchó la absolución solicitada por el abogado defensor en base a que la procesada dijo la citada frase “sin la menor intención de insultar, solodebido a que tiene agrio carácter por padecer una grave enfermedad”.

El 17 de septiembre de 1936, y en represalia del bombardeo a los cuarteles de Vitoria por aviones republicanos, Columbafue sacada de la cárcel, supuestamente,con destino a la cárcel de Laguardia, perocomo Teodoro Olarte y otros presos,”fue asesinada” y hecha desaparecer. Algunas fuentes ven causante de su muerte a ungrupo formado por dos requetés, un chofer y un cura ysituan elcrimen en las Conchas de Haro. Contaba 31 años,

El 11 de julio de 1944, el Gobierno Civil se defendía ante el juez, señalando que “ignora lo ocurrido con la encartada toda vez que en aquella época las delegaciones de Orden Público tenían atribuciones propias”. El juez, finalmente, dictó un edicto dándole a Columba, ocho días para que se presentara. Como no hubo respuesta, el juez decidió interrogar a su viudo que respondió: “lo único que puedo declarar es que mi mujer desapareció en septiembre de 1936”.

Algunos autores sitúan en diez el número de mujeres alavesas asesinadas por los franquistas. Estos asesinatos a manos de los golpistas, al igual que el de Columba, se ocultaron en la Dictadura, y no se han esclarecido en la Monarquía parlamentaria.

Desde el bando gubernamental también se realizaron asesinatos de mujeres, pero con un matiz diferencial: fueron obra de milicianos, y no por orden de la superioridad republicana. Y el régimen franquista sí los investigó. Fueron ejecutados varios milicianos y otros varios condenados a prisión. Pero dada “la justicia al revés” dudamos que lo fueran con las debidas garantías.

BIBLIOGRAFÍA:

https://ateneorepublicanogasteiz.wordpress.com/columba-fernandez-doyague/

Gómez Calvo,Javier:‘Matar, purgar, sanar. La represión franquista en Álava’. Madrid. Edit. Tecnos.

De Pablo, Santiago: López de Maturana, Virginia (2018.  Álava insólita. Símbolos, mitos y lugares de memoria’. Fundación Sancho El Sabio. Vitoria. Editorial Ediciones Beta.

Details

6 Trinidad Buesa Buesa

Trinidad Buesa(13/01/1898-14/10/1976)fue la mayor de los 13 hijos de Ricardo y Antonia Buesa, destacados comerciantes de Vitoria. A los 14 años fue enviada al colegio de las Ursulinas de Dover (Inglaterra), donde aprendió inglés y francés. En 1920, al visitar con su padre a dos de sus hermanos,conoció los estragos de la guerra colonial en África. Ahí estaba también su futuro marido, y confirmó su vocación de enfermera: comenzó como voluntaria de la Cruz Roja en Vitoria.

En 1926,se casó con José María Díaz de Espada (en adelante Josechu), trasladándose a Valencia, donde éste ejercía de topógrafo en el Instituto Geográfico y Catastral, y tuvieron a Josemari, su primogénito.En abril de 1928, su marido consiguió el traslado a Logroño. El verano de 1931 el niño enfermó de una pleuresía que obligó su ingreso en el Sanatorio de Plencia tres años después. En diciembre de 1931 trajeron al mundo a su hija Paz.

El contraste entre la aristocracia que conoció siendo Husar de Pavía de Alfonso XIII, durante el servicio militar, y la pobreza que encontró por España como topógrafo, hicieron de Josechu un republicano activo en Izquierda Republicana de Álava. Opción que la derecha no le perdonó nunca.

El golpe del 18 de julio de 1936 les pilló en Vitoria, c/ S. Francisco 20. Allí,el martes 21, dos policías dieron a Trini un recado: “Que Josetxu no duerma en casa, no queremos encontrarlo cuando nos envíen a buscarlo”. Días después un amigo le informaba que su marido se encontraba en Mondragón, zona republicana. De allí pasó a Bilbao donde fue delegado del aeropuerto. Varios hermanos de Trini luchaban con los rebeldes. Como represalia la detuvieron en el Colegio de las Carmelitas. Allí coincidió con Columba Fdez. Doyagüe, y al verla enferma de tuberculosis, Trini solicitó que la separan del resto de presas, y uno le confesó:“No te preocupes,vamos a matarla”.

Estuvo presa dos meses y 10 días, hasta que sus padres lograron su liberación y canje por otras personas presas en San Sebastián. Ello permitió a Trini y Paz, trasladarse a esa capital, y luego, en el buque carbonero inglés,“Seven seas spray”, a Bilbao, donde las acogió una prima.

Antes de caer Bilbao su hijo, Josemari, fue evacuado al sanatorio en BerckPlage (frontera con Bélgica). Allí se encaminó Trini tras el Pacto de Santoña, vía Baiona, con los 200 francos y un billete de tren que recibió en la Delegación del G. Vasco. Allí se defendió dando clases de español.

A últimos de 1937 le llegó una carta de su hermano Gabriel por la que Josechu los reclamaba. Llegó a Hendaya, en el otro lado del puente internacional le esperaban,su madre y su hermano José. Al día siguiente por la mañana le dieron la triste noticia, lo habían fusilado el 28.10.1937

Ya viuda, en Vitoria se empleó en ayudar a la gente presa, (comida, ropa, sacando cartas, etc.) No era nacionalista, pero tenía amistad con Luis Álava, y en la detención de la Red Álava en enero de 1941, apareció su nombre y el de su hermana Teresa. La policía llegó,registró su casa y las encarcelaron de nuevo en las Carmelitas. Allí estuvo Trini hasta el 14 de abril, enseñando a sus compañeras a leer y escribir.A las integrantes de la Red Álava, mayoría de mujeres, las condenaron a distintas penas de cárcel y a Luis Álava lo fusilaronen Madrid el 6 de mayo de 1943.

A Trini, le impusieron una multa de 5.000 ptas. que no pagó, por insolvente. En 1947 recuperó los restos de su marido con la ayuda de un hermano dentista. Estudió enfermería en Vitoria, y se graduó en Valladolid con 50 años. Trabajó en el Hospital Santiago. Josemari se hizo abogado, pero falleció en 1961. Paz estudió enfermería como su madre, y hoy todavía, añora a sus padres.

(Biografía realizada por gentileza y documentación de la familia Díaz de Espada Buesa).

7 Racionamiento, estraperlo y santas misiones

La Guerra Civil además de muerte y represión, trajo deudas ingentes al franquismo y campos baldíos, que ocasionaron miseria y hambre para millones de personas. Entre 1940 y 1946 murieron de inanición en España cerca de 30.000 personas, que no salieron en los periódicos.

La escasez de alimentos básicos, como el pan, el azúcar o el aceite, o productos de mucho consumo como el tabaco, el jabón, el carbón y los carburantes, llevó al Gobierno a racionarlos. Se buscaba que todo el mundo pudiera acceder a unas raciones mínimas.

El Racionamiento se promulgó el 6 de abril de 1943,y comenzórepartiendo una cartilla a cada familia. EnVitoria las distribuía la Comisaría de Abastecimientos y Transportes situada en la calle Postas, 18. En ellas constaban el nombre y apellidos del cabeza de familia, su domicilio y el número de los habitantes de la vivienda, detallando sexo y edad. Cada familia tenía asignado el establecimiento en el que debía comprar los artículos. En la tienda le sellaban los cupones justificantes de las transacciones ante la administración de alimentos.

Cada familia tenía asignadas dos cartillas, una para la carne y otra para el resto. En los cupones constaba el producto y la ración del beneficiario. A las mujeres ylos mayores de 70 años le correspondía el 80%, y a los menores de 15 el 50 o 60% de alimento del adulto activo.

Las cartillas se clasificaban en tres grupos, según la posición social de la familia. Alta, media y baja. La mayoría del país se registró en la tercera, lo que sorprendió a las autoridades.

En Postas, 18 se fijaban los días en los que se efectuaría el suministro de artículos, Incluso se determinaba la hora exacta del reparto, para evitar que se formaran colas.

El racionamiento no aseguróen España el mínimo vital a la población pobre,al extenderse el acaparamiento y especulación “el estraperlo”:un mercado ocultodel que se beneficiaban las“autoridades” (algunos militares y funcionarios), ytambiénquienes tenían acceso a materias primas,(algunos campesinos), que medianteredes clandestinas llevabanlos productos básicos y escasos de los pueblos a la ciudad, al margen de los circuitos y precios oficiales.

Como casi nunca se cumplía la previsión del Gobierno, el estraperlo se generalizó. ¡Un kilo de azúcar de dos pesetas podía costar cuarenta!Los agricultores que llevaban productos a vender a Vitoria, los lanzaban por las ventanillas del tren cuando veían subir a la Guardia Civil.

La escasezllevó a crear sucedáneos del café, del té, o la achicoria tostada y molida, obtenida con la cebada.El racionamiento estuvo vigente hasta 1953. Con él, acabó también el estraperlo.

La jerarquía de la Iglesia aprovechóla desmoralización e inseguridad creabapor la miseria y su cercanía al poder político,para sembrarsu idearioconactosmultitudinarios: “Santas Misiones”, la Coronación de la Virgen (1954)…(Ver Portada).

Las SantasMisiones celebradas del 4 al 18 de noviembre de 1951, veníanprecedidas de decenas defestividades, procesiones y ceremonias religiosas,ocupando todos los ámbitos de la ciudad.Para llevarlas a cabo llegarona Vitoria 30 misioneros de La Hermandad de San Vicente de Paúlqueencinco parroquias, ocho iglesias y capillas, e incluso en espacios laicos como el Grupo Escolar de la Florida y el Teatro Príncipe, desarrollaron sus prédicas. Crearonuna atmósferacentrada en la culpabilización de la pecadora esencia humana, con permanente amenaza de condena eterna, que marcaba un pensamiento acomplejado, de sumisión social.

Bibliografía:

Ochoa de Eribe, E.; Garay, R.. ‘Memoria oral de Vitoria 1940-1965’. Fundación Mejora. Vitoria, 2008.

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Abella Bermejo, Rafael: Por el imperio hacia Dios. Crónica de una Posguerra. Editorial Planeta, 1978

Vitoria, 1960 a 1978 (anverso)

1 Avda. de Gasteiz

El golpe militar de 1936 truncóla democratización cultural, político, económico que la Segunda Repúblicaestaba gestando en Vitoria.

“Al estallar la Guerra, Vitoria tenía 43.986 habitantes, que se repartían entre el casco histórico y el ensanche y apenas creció en la década posterior, hasta los52.445 en 1950”.

En esos años, el gobierno franquista no atendía el desarrollo local porque su prioridad estaba en la reconstrucción de las ciudades dañadas por la guerra y en las obras públicas.

“Si bien, a nivel social.Vitoria vivió los años cuarenta maniatada por lo que caracterizaba al régimen franquista (religión, exaltación patriótica, control social), en el ámbito económico la ciudad fue tomando una nueva dirección”.La necesaria reconstrucción del país generaba“expectativas de negocio,por lo que muchos empresarios alaveses, a través de la Cámara de Comercio e Industria o bien a título personal, requirieron al Ayuntamientoy de la Diputación Foral, su implicación en favor del desarrollo industrial”.

Vitoria lo tenía todopara el fomento de empresa sindustriales y de servicios.

Situación en el eje peninsular; reservas de suelo;ventajas fiscales(concierto)ylasdemandasdeiniciativas empresarios le animaron a dar el salto. Las favorables condicionespropiciaron la llegada de industrias guipuzcoanas y vizcaínas en los años 50; después vendrían las empresas extranjeras.

La moción del 11 de enero de 1956 que sacó adelante el Ayuntamiento del alcalde Gonzalo Lacalle Leloup marca el arranque industrializador de la ciudad.

El Ayuntamiento dispuso suelo urbanizado para la instalación de factorías en la zona norte de la ciudad, en Gamarra-Arriaga, que luego amplió a otros espacios industriales en los próximos años. En unos pocos años, Vitoria se convertió en una ciudad industrial a todos los efectos.

Lallegada de empresas y empresarios impulsó ese mismo 1956 el diseño en la zona occidental de Vitoria de una Gran Avda. como el eje vertebrador de una nueva área urbana más moderna y avanzada,dedicada alsector servicios (entidades comerciales, financieras y hostelería) y a zona residencial de calidad; así se oxigenaba ydescongestionaba el espacio central del Ensanche. Surgió así la “Gran Vía del Pintor Díaz de Olano”. Contaba Vitoriaen 1956 con unos 61.000 habitantes; para 1970 ya tenía 136.873.

En 1961,la corporación presidida por el militar e industrial Luis Ibarra Landeteinicióla urbanización de unaamplia y larga avenida.

El Gobierno de la Dictaduratemiendo que el desarrollo de Vitoria se le escapara de las manos exigió que el nombre de Gran Vía en honor al vitoriano yrepublicano pintor,se cambiara por el de “Avenida del Generalísimo Franco”, que desde 1938 daba nombre a la calle Diputación. Se cambió en enero de 1964.

El 21 de junio de 1979la corporación presidida por Ángel Cuerda le dio el nombre de Avenida Gasteiz.

Bibliografía:

Rivera, Antonio (Coord); González de Langarica, Aitor:Dictadura y desarrollismo. El franquismo en Álava. Edita Ayto. de Vitoria.

https://www.google.es/url?sa=i&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=&cad=rja&uact=8&ved=0CAIQw7AJahcKEwjIhMCxw-r_AhUAAAAAHQAAAAAQAg&url=https%3A%2F%2Fblogs.eitb.eus%2Fvitoriagasteiz%2F2010%2F10%2F27%2Fhistoria-de-los-nombres-que-ha-tenido-la-avenida-de-gasteiz-vitoria%2F&psig=AOvVaw140lK4BovbJIQPRHxncqYd&ust=1688198420277843&opi=89978449

López de Maturana, Virginia: La reinvención de una Ciudad, Edición de la UPV-EHU.

2 XXV años de paz

La quiebra económica creada por la autarquía forzó al franquismo a ofrecer en 1957 los ministerios económicos a reconocidos economistas vinculados al Opus Dei, como A. Ullastres (Comercio), M. Rubio (Hacienda) y López Rodó (Programa Económico), con la intervención del F.M. I,

Este equipo implantó elllamado Plan de Estabilización en 1959que redujo el crédito a las empresas,elevó los impuestos, abrió España al capital extranjero, y congeló salarios, derechos y servicios públicos. Estas medidas sacaron al país del colapso económico e impulsaron su industrialización y transformación socioeconómica, pero provocaron conflictos laborales(huelgas de los mineros asturianos, en la siderurgia (Bandas de Echeberri, en los astilleros), y tensiones dentro del régimen (entre tecnócratas y falangistas). Las huelgas de los mineros (1962) estimularon las de los universitarios, en su mayoría hijos de familias afines al régimen, en solidaridad con aquellos.

En esta época huboacontecimientos que inquietaron alRégimen: uno fue la reunión enjunio de 1962,en Múnich,de 118 representantes de la oposición,que enviaron al Consejo de la CEE, una resolución que a propósitodel ingreso que el Régimen había solicitado en febrero,decía:“La integración de todo país en Europa exige la instauración de instituciones auténticamente representativas y democráticas basadas en el consentimiento de los gobernados”:Ello llevó ala CCE a denegar eseingreso.Así mismo, en 1963, la Dictadura se encontróuna ola de manifestaciones internacionales en abrilcontra la pena de muerte impuesta a J. Grimau -incluida la de Juan XXIII-y de los anarquistas Delgado y Granados en agosto de 1963.

El 12 de agosto de 1963 se inauguró el monumento a los caídos de la Plaza Juan de Ayala.

Entendiendo estos hechos nacionales e internacionales como una amenaza el gobierno franquista decidió contrarrestar con una gran campaña que lanzaba un cambio de discurso: pasar de la legitimidad de la victoria en una brutal guerra civil ala de los logros que empezaba a vislumbrarse con el Plan de Estabilización. Fueron los “XXV Años de Paz que el Ministerio de Información y Turismo de M. Fraga,lanzó el 1 de abril de 1964. El I Plan de Desarrollo aprobado en enero era un anticipo.El día elegido para lanzarlo demostraba que el franquismo seguía abrazado ala lógica de lavictoria militar. Ese díade 1964, Franco presidió un gran desfile de casi cinco mil soldados y cincuenta mil excombatientes por las calles de Madrid que duró dos horas y media, y recogió convenientemente el NO-DO.

La campaña dio acogida a multitud de actos públicos en todas y cada una de las localidades. En Vitoria, las más importantes, de la mano del alcalde Luis Ibarra Landete, fueron los siguientes: 

  • El 29 de julio de 1964, Franco inauguró las piscinas de Gamarra; visitóla Central Lechera en Alas, y entregó las llaves de sus viviendas a 500 vecinos de Zaramaga.
  • El mismo día –a imagen de la Plaza de Oriente de Madrid-Franco dio un discurso en el Palacio de la Provincia y saludó a sus fieles reunidos en la Plaza de la Provincia.
  • En la Plaza de España se montó una exposición dedicada a exaltar los éxitosdel Régimen.
  • La “Gran Vía Díaz de Olano”,fue rebautizada “Avenida del Generalísimo Franco”, hasta 1979 en que la primera corporación democrática le dio el nombre actual de Avenida Gasteiz.

Bibliografía

Petróleo, monjas y poetas. Otras historias de 1964.

Vidal -Beneyto, José: Memoria democrática. Edit. Foca. Madrid, 2007.

3 El sindicato vertical

El partido único, FET y de las JONS, fue creado por el franquismo -a semejanza del corporativismo fascista italiano- para el control político de todos los organismos del Estado yámbitos sociales, conforme a su concepción totalitaria.

Entre susorganismos, ocupaba un papel centralla Organización Sindical Española (OSE), popularmente conocida como “Sindicato Vertical y único, creado en diciembre de 1940:

  • Sustituía el interés social por el “supremo interés de la patria”, negaba las diferencias de clase y deintereses entre trabajadores y empresarios.
  • La sindicaciónera obligatoria paratrabajadores y empresarios, los dirigentes y representantes sindicaleseran designadospor los Jefes de Falange locales y desde el Estado.
  • En 1944 se eligieron los primeros “delegados sindicales”. Las y los trabajadores quedaron subordinados a los empresarios, con contratos, regulados por Ordenanzas del Estado.
  • Sin embargo en mayo de 1947 se realiza una Huelga general en Vizcaya impulsada por STV, UGT y CNT. Le siguen huelgas en Euskaduna (1953); de jornaleros de Jerez (1955); CAF (1956) yde la mina La camocha (1957) que demuestran el fracaso del autoritarismo sindical.

El fracaso de la Autarquía y del centralismo sindical llevó al Régimen a sacar en abril de 1958,laLey de Convenios Colectivos,que reconocía el derecho de representación y negociación entre empresarios y trabajadores.Ese año se inaugura la Sede del Sindicato Vertical (Cercas Bajas), obra del arquitecto carlista Eugenio Arraiza, (autor también del edificio del Gobierno Civil (con Mieg) y de las viviendas de la plaza Juan de Ayala y Ramiro de Maeztu).

Esta Ley que permitía reunirse en asamblea a los trabajadores para elaborar su plataforma reivindicativa y elegir comisiones de negociación propias, (los Jurados), facilitóel augedel movimiento obrero, pero también lo dividió. Unosbuscaban aprovechar el marco legal para organizar a los trabajadores en un nuevo y unitario sindicato, y otros apostaban por la afiliación en los sindicatos históricos (UGT, CNT, ELA), y la negociación al margen del Sindicato Vertical, mediante comités. Elecciones sindicales a jurados hubo los años: 1953; 1963; 1966; 1971y 1975.

Este marco legal ayudó a la negociación y posibilitó acuerdos satisfactorios en momentos de bonanza, pero cuando las reivindicaciones, la representación o las medidas de presión obrera superaban las previsiones del gobierno, el Sindicato Vertical lejos de ofrecer salidas, aconsejaba la intransigencia y despidos a la patronal, encallando los conflictos.

Al propio tiempo, en tanto la oposición sindical (comunistas PCE, HOAC, AST), empezó a copar la representación obrera en las elecciones sindicales de 1963, 1966, y se posicionócomo oposición en 1967,las Comisiones Obreras fueron ilegalizadas en octubre de 1968, y comenzaron los despidos, las detenciones y condenas de cárcel por el Tribunal de Orden Público, contra ellos.

El rechazo de las demandas obreras bloqueó lashuelgas enEsmaltacionesyMichelin, a primeros de los setenta, o generó la matanza en 1976,dando las razones para el rechazo por completo delSindicato Vertical, y laimplantación de las Comisiones Representativas.

Deslegitimado y superado por las formas democráticas de representación de las y los trabajadores, el Sindicato Vertical, la CNS, fue disuelto en octubre de 1976 y convertido en AISS (Administración Institucional de Servicios Socio-profesionales), encargada de liquidar el patrimonio y archivos de esa entidad. El 1 de abril de 1977 se reconocía el derecho de libre asociación sindical y desaparecía la afiliación obligatoria.

Bibliografía

Rivera, Antonio (coord): Dictadura y desarrollismo. El franquismo en Álava. Ayto. de Vitoria-Gasteiz.

4 Catedral nueva: un proyecto venido a menos

A fin de afirmar su autoridad, la jerarquía de la Iglesia católica ha procurado, desde la edad media, crearse una imagen de superioridad, dotándose de catedrales grandiosas y rituales solemnes. Esto es especialmente cierto en la Iglesia que justificó el golpe militar franquista como “Santa Cruzada”.  

  • Los sumos sacerdotes de la Iglesia alavesa llevaban siglos soñando con alcanzar el rango de Diócesis, y contar con un obispo. Esa petición la hicieron ya en el siglo XVI a Adriano VI. 
  • La catedral del casco viejo pasó de ser colegiata a ser catedral en 1863, dos años después de la bula papal que reconoció la diócesis de Vitoria. Los vitorianos se implicaron en potenciar su diócesis: Habilitaron un palacio episcopal en Monte Hermoso, y ya en el inicio del siglo XX un Seminario no menos refulgente, el de Ali, pero por su situación en el casco viejo, su imagen modesta y sus fallas estructurales la Catedral Vieja estaba condena a ser sustituida ya a últimos del S. XIX:
  • Recién comenzado el siglo XX el obispo José Cadena y Eleta inició las gestiones para construir una catedral neogótica a imitación de la de Colonia, (Foto catedral de Colonia). La obra comenzó en 1907, según planos de Julian de Apraiz y Javier Luque y un presupuesto de 5 millones de pesetas; (hoy 200 millones de pesetas), pero en 1914 se paralizaron las obras por haberse agotado los fondos. 

En agosto de 1946 esta catedral nueva, de Santa María, era un edificio abandonado. Sólo estaba edificado en una tercera parte. Llevaba así treinta y dos años. Las obras las reanudó Carmelo Ballester.

MECENAS: Felix Alfro Fournier; Familia Viguri Mtz. de Ilarduia

Entre 1946 y 1969, el año en el que Franco inauguró el templo, empieza una carrera para acabar la obra a costa de suprimir importantes partes previstas en el proyecto de 1904 (entre ellas las torres) pues los recursos con lo que reanudaron la obra eran un remanente de un millón que les quedaba de la etapa anterior. Así que lo que cuando se inauguró en 1969 era un proyecto devaluado. 

Las glorias y las penurias de la nueva catedral.. Es cierto que Álava era un territorio diocesano rico, pero en la postguerra, había pobreza y Bilbao y San Sebastián pugnaban por tener sus diócesis y de hecho las vieron reconocidas en 1950. Así que los obispos sucesores de Cadena y Eleta deciden explotar su complicidad con el régimen franquista, y éste, para no enemistarse con sus aliados, incluye la inacabada obra en las ayudas de la Dirección General de Regiones Devastadas. Realmente de ruina era el aspecto del edificio en aquello años cuarenta. Muchos sillares sin colocar en su sitio se habían utilizado en levantar el arco de San Prudencio, el monumento a Fray Francisco de Vitoria y la portada de acceso al cementerio de Santa Isabel. 

El pueblo llano, era a mediados del siglo pasado tan religioso como a comienzos del SXX., pero comenzaba a alejarse de la jerarquía eclesiástica impuesta por el Régimen. Comenzaba a surgir una Iglesia más popular y local, y buena muestra de ello fue la erección de la cruz en el monte Olarizu. La primera Santa Misión de Álava en el otoño de 1951, dio muestra del fervor religioso de entonces, recaudando cerca de 50.000 pesetas para financiar la cruz (un 5% del millón que tenía el obispado para reanudar la obra de la catedral que renqueaba). 

Para Maite Saénz de Olazagoitia, hija de uno de los promotores, la obra de la cruz no deseaba expresar un hartazgo a la catedral nueva, la cruz” fue más popular y factible” que la catedral. La catedral fue inaugurada por Franco el 24 de setiembre de 1969 con gran afluencia de público. Franco cobró la limosna que entregó imponiendo el águila y algunas  gárgolas franquista. 

Bibliografía : “La catedral nueva de Vitoria”. Alberto González de Langarica. Servicio de Publicaciones de la Diputación Foral de Álava. 1987. FMP/401 y D2/677 

5 La libertad de prensa e imprenta

5 –La Libertad de Prensa e Imprenta franquista.

En los años 50 el régimen franquista inició una serie de cambios para salir del aislamiento que le había originado la derrota de sus aliados fascistas, la Autarquía y la condena en 1946del Pleno de las Naciones Unidas.Lo iniciófirmando elConcordatocon el Vaticanoque privilegiaba ala Iglesiay cediendo cuatrobases militares a EE. UU. Esta alianza, en un marco de “guerra fría”, le facilitóel ingreso en las Naciones Unidas en 1955.

En 1959implantó laliberalizacióneconómicamediante lainversión extranjeraen un marco decontención de salarios y falta de derechos laborales y sociales. Recortes que provocaronhuelgasde los mineros en Asturias, en la siderurgia (Bandas de Echeverri), en la universidad, en el mundo de la cultura…

A esta oposición al Gobierno de Franco se sumó la negación de ingreso en CEE,por “falta de “instituciones auténticamente representativas y democráticas” que la Comunidad Económica Europea dio a su solicitadde ingreso en 1962.

Esta falta de homologación europea, unida alacrecientecontestación social,le obligóa ensayar unatímida liberalización,que inició con laLey de Libertad de Prensae Imprentaen 1966 más conocida como “ley Fraga” por el ministro de Información y Turismo que la proyectó.

Esta ley sustituyó la censura previa anterior, por una libertad de expresión que remitíaa”las exigencias inexcusables del bien común, la paz social y de un recto orden de convivencia”, y dejaba en manos del Estado interpretarsi las publicaciones se ajustaban a “lo correcto”, lo que animaba a los periodistas y escritores a la autocensura para no vermultadas o prohibidas sus publicaciones.La Iglesia siguió emitiendo su “clasificación moral” sobre las informaciones, producciones culturales, y películas, hasta bien entrados los años setenta.Y el “parte informativo” oficial seguió impuesto en todas las emisoras de radio, oficiales o privadas, y el Noticiario Documental NO-DO abría todas las sesiones cinematográficas.

Esos años Vitoria contaba con el periódico Norte Express(Fueros 53, 1948-1985) y Radio Álava, de grupos del régimen. Y había otros medios privados, como El Pensamiento Alavés (Tradicionalista-Oriol, 1932-1967), (El Correo Español (Falange) -El Pueblo Vasco(1910, Familia. Ybarra)) y La Gaceta (vizcaínos y guipuzcoanos, o Radio Vitoria.

En los años 60 el gran espectáculo de masas era el cine en grandes pantallas: para 73000 habitantes había en la ciudad una decena de cines.La Libertad de prensa posibilitó la existencia desalas como el Cine Azul o el Cine Club, donde se proyectaban “películas de arte y ensayo”, con filmes de tipo más moderno y europeo. Si bien, el cine preferido del gran público era el de aventuras (los westerns o “vaqueradas”), el infantil, el de humor o, luego, ya en el tardofranquismo el de “destape”.

La televisión comenzó a emitir en octubre de 1956, y se convirtió en el principal elemento de cultura popular.Era TVE, la únicay oficial hasta 1982. Suprogramación incluía los informativosdel régimen, telefilms americanos (Bonanza, Perry Mason…), concursos (Un millón para el mejor, 1,2,3… Responda otra vez), espectáculos musicales, y mucho futbol en abierto.

A estelimitado acceso a la información y cultura cabeañadirel sabotaje informativo que supuso la destrucción de la documentación de la represión política realizada por el Gobierno Suarez en diciembre de 1977y la aún vigente Ley de Secretos Oficiales de 1968.

Bibliografía

  • Barrera, Carlos: Periodismo y franquismo. De la censura a la apertura. Edita Ediciones Universitarias. Barcelona, 1995
  • Ochoa de Eribe, Elisabeth y Garay Ricardo: Memoria oral de Vitoria. 1940-1965. Edita. Fund. Mejora, 2008.
6 Gobierno civil

5 –La Libertad de Prensa e Imprenta franquista.

En los años 50 el régimen franquista inició una serie de cambios para salir del aislamiento que le había originado la derrota de sus aliados fascistas, la Autarquía y la condena en 1946del Pleno de las Naciones Unidas.Lo iniciófirmando elConcordatocon el Vaticanoque privilegiaba ala Iglesiay cediendo cuatrobases militares a EE. UU. Esta alianza, en un marco de “guerra fría”, le facilitóel ingreso en las Naciones Unidas en 1955.

En 1959implantó laliberalizacióneconómicamediante lainversión extranjeraen un marco decontención de salarios y falta de derechos laborales y sociales. Recortes que provocaronhuelgasde los mineros en Asturias, en la siderurgia (Bandas de Echeverri), en la universidad, en el mundo de la cultura…

A esta oposición al Gobierno de Franco se sumó la negación de ingreso en CEE,por “falta de “instituciones auténticamente representativas y democráticas” que la Comunidad Económica Europea dio a su solicitadde ingreso en 1962.

Esta falta de homologación europea, unida alacrecientecontestación social,le obligóa ensayar unatímida liberalización,que inició con laLey de Libertad de Prensae Imprentaen 1966 más conocida como “ley Fraga” por el ministro de Información y Turismo que la proyectó.

Esta ley sustituyó la censura previa anterior, por una libertad de expresión que remitíaa”las exigencias inexcusables del bien común, la paz social y de un recto orden de convivencia”, y dejaba en manos del Estado interpretarsi las publicaciones se ajustaban a “lo correcto”, lo que animaba a los periodistas y escritores a la autocensura para no vermultadas o prohibidas sus publicaciones.La Iglesia siguió emitiendo su “clasificación moral” sobre las informaciones, producciones culturales, y películas, hasta bien entrados los años setenta.Y el “parte informativo” oficial seguió impuesto en todas las emisoras de radio, oficiales o privadas, y el Noticiario Documental NO-DO abría todas las sesiones cinematográficas.

Esos años Vitoria contaba con el periódico Norte Express(Fueros 53, 1948-1985) y Radio Álava, de grupos del régimen. Y había otros medios privados, como El Pensamiento Alavés (Tradicionalista-Oriol, 1932-1967), (El Correo Español (Falange) -El Pueblo Vasco(1910, Familia. Ybarra)) y La Gaceta (vizcaínos y guipuzcoanos, o Radio Vitoria.

En los años 60 el gran espectáculo de masas era el cine en grandes pantallas: para 73000 habitantes había en la ciudad una decena de cines.La Libertad de prensa posibilitó la existencia desalas como el Cine Azul o el Cine Club, donde se proyectaban “películas de arte y ensayo”, con filmes de tipo más moderno y europeo. Si bien, el cine preferido del gran público era el de aventuras (los westerns o “vaqueradas”), el infantil, el de humor o, luego, ya en el tardofranquismo el de “destape”.

La televisión comenzó a emitir en octubre de 1956, y se convirtió en el principal elemento de cultura popular.Era TVE, la únicay oficial hasta 1982. Suprogramación incluía los informativosdel régimen, telefilms americanos (Bonanza, Perry Mason…), concursos (Un millón para el mejor, 1,2,3… Responda otra vez), espectáculos musicales, y mucho futbol en abierto.

A estelimitado acceso a la información y cultura cabeañadirel sabotaje informativo que supuso la destrucción de la documentación de la represión política realizada por el Gobierno Suarez en diciembre de 1977y la aún vigente Ley de Secretos Oficiales de 1968.

Bibliografía

  • Barrera, Carlos: Periodismo y franquismo. De la censura a la apertura. Edita Ediciones Universitarias. Barcelona, 1995
  • Ochoa de Eribe, Elisabeth y Garay Ricardo: Memoria oral de Vitoria. 1940-1965. Edita. Fund. Mejora, 2008.
7 Antonio Amat

7 Antonio Amat Maiz,- 3

Antonio Amat hizo de la Vitoria de los años 50 y 60 del S. XX. una capital del antifranquismo. Había nacido el 19 de abril de 1919 en Vitoria, en el seno dela familia de clase media formada por un ex- marino mercante,tesorerode Falangede las JONS en Álava, y una mujercatólica. De precoz rebeldía, fue expulsado deMarianistas donde estudiaba. Tras elgolpemilitar del 18 de julio, fue detenido por repartir propagada en contra del mismo, yhubo de presentarse “voluntario” al ejército franquista a fin de burlar el probable fusilamiento. En la guerra ejerció como alférez de complemento.

En 1945, fue detenido en Ondarroa cuando esperaba el pesquero que condujera a Franciaal grupo “militarmente organizado” para combatir al nazismo. Fue encarcelado en Burgos,yen Vitoria, hasta junio de 1950, en que le fue “concedida la libertad condicional con destierro” que inició en Huesca y acabó en Madrid, un año después. De vuelta en Vitoria,por mediación de un viejo socialista, Martínez Barahona, entró en contacto con Iglesias “El Manco”, queen 1953, por orden de R. Llopis,le encargóorganizar el Partidos Socialista Obrero Español (PSOE)interior y hacer deenlace con la dirección exiliada en Toulouse (Francia).El Restaurante Dos Hermanas se convirtió en lugar de encuentro, estafeta clandestina y su hogar familiar.

En un lustro de ajetreados contactos, Amat sustituyó las listas de viejos afiliados no operativos por nuevos militantes de dentro y de fuera del partido. Puso en contacto a los socialistas asturianos,los andaluces, y los madrileños de la Agrupación Socialista Universitaria, los catalanes del Moviment Socialista; atrajo a los donostiarras Martín Santos y Vicente Urcola, iba y venía de Francia con informes de situación y encargos políticos.Lo hacíacon centro en Vitoria, camuflado en su personalidad de hombre ocurrente y simpático,amigo del alterne con la cuadrilla de viejos socialistas, delos viajes y los placeres. Bajo el pseudónimo de “Guridi”, “El ciclista”, “El coronel”, y otros, recorrió España de lado a lado, en febril actividad organizadora.Fue el“alma, motor y nervio de la organización”, diría el fiscalal verlo detenido en 1958, cuando la caída de la “Agrupación socialista universitaria”, resolvió a la policía el “enigma Guridi”. Encarcelado en Carabanchel, continuó haciendo planes de unidad antifranquista con sus compañeros de cárcel, allí presos: Juan Goitisolo, Sánchez Montero, Julio Cerón, Marcos Ana, Enrique Múgica, Luis Ormazabal. Su caso, junto al de otros, inspiró al abogado Peter Benenson el artículo publicado en The Observer (28 de mayo de 1961) titulado “Los presos olvidados”, considerado el actafundacional de Amnistía Internacional.

En su ansia de derrocar al franquismo Amat postulaba una estrategia que no reparaba en mediospara acabar con la Dictadura, un Frente Nacional Antifranquista en clave “movimentista” y abierta oposición alas tesis del exilio. En los congresos del PSOE de 1958 y 1961 presentó propuestasde renovación que terminó enfrentándole a Llopis.

Su inquietud y apertura le puso en contacto entre 1969 y 1970 con una nueva generación de militantes socialistas. Sin embargo la apuesta por la ruptura democrática de estos, se vería desplazada por la reforma pactada, ocasionando finalmente su expulsión del PSOE a principios de años 80.Superado por la nueva situación, desalentado y enfermo, puso fin a sus días, en diciembre de 1979, en la travesía marítima entre Barcelona y Palma de Mallorca.

Bibliografía

MARTINEZ MENDILUCE, Luis y Jose Antonio. Historia de la resistencia antifranquista en Álava.

https://dbe.rah.es/biografias/135916/antonio-amat-maiz

Gómez Calvo, Javier: Matar, Purgar, Sanar. La represión franquista en Álava. Edit. Tecnos. Madrid.

Vitoria,1968 a 1978 (reverso)

1 Vitoria una ciudad industrial

7 Antonio Amat Maiz,- 3

Antonio Amat hizo de la Vitoria de los años 50 y 60 del S. XX. una capital del antifranquismo. Había nacido el 19 de abril de 1919 en Vitoria, en el seno dela familia de clase media formada por un ex- marino mercante,tesorerode Falangede las JONS en Álava, y una mujercatólica. De precoz rebeldía, fue expulsado deMarianistas donde estudiaba. Tras elgolpemilitar del 18 de julio, fue detenido por repartir propagada en contra del mismo, yhubo de presentarse “voluntario” al ejército franquista a fin de burlar el probable fusilamiento. En la guerra ejerció como alférez de complemento.

En 1945, fue detenido en Ondarroa cuando esperaba el pesquero que condujera a Franciaal grupo “militarmente organizado” para combatir al nazismo. Fue encarcelado en Burgos,yen Vitoria, hasta junio de 1950, en que le fue “concedida la libertad condicional con destierro” que inició en Huesca y acabó en Madrid, un año después. De vuelta en Vitoria,por mediación de un viejo socialista, Martínez Barahona, entró en contacto con Iglesias “El Manco”, queen 1953, por orden de R. Llopis,le encargóorganizar el Partidos Socialista Obrero Español (PSOE)interior y hacer deenlace con la dirección exiliada en Toulouse (Francia).El Restaurante Dos Hermanas se convirtió en lugar de encuentro, estafeta clandestina y su hogar familiar.

En un lustro de ajetreados contactos, Amat sustituyó las listas de viejos afiliados no operativos por nuevos militantes de dentro y de fuera del partido. Puso en contacto a los socialistas asturianos,los andaluces, y los madrileños de la Agrupación Socialista Universitaria, los catalanes del Moviment Socialista; atrajo a los donostiarras Martín Santos y Vicente Urcola, iba y venía de Francia con informes de situación y encargos políticos.Lo hacíacon centro en Vitoria, camuflado en su personalidad de hombre ocurrente y simpático,amigo del alterne con la cuadrilla de viejos socialistas, delos viajes y los placeres. Bajo el pseudónimo de “Guridi”, “El ciclista”, “El coronel”, y otros, recorrió España de lado a lado, en febril actividad organizadora.Fue el“alma, motor y nervio de la organización”, diría el fiscalal verlo detenido en 1958, cuando la caída de la “Agrupación socialista universitaria”, resolvió a la policía el “enigma Guridi”. Encarcelado en Carabanchel, continuó haciendo planes de unidad antifranquista con sus compañeros de cárcel, allí presos: Juan Goitisolo, Sánchez Montero, Julio Cerón, Marcos Ana, Enrique Múgica, Luis Ormazabal. Su caso, junto al de otros, inspiró al abogado Peter Benenson el artículo publicado en The Observer (28 de mayo de 1961) titulado “Los presos olvidados”, considerado el actafundacional de Amnistía Internacional.

En su ansia de derrocar al franquismo Amat postulaba una estrategia que no reparaba en mediospara acabar con la Dictadura, un Frente Nacional Antifranquista en clave “movimentista” y abierta oposición alas tesis del exilio. En los congresos del PSOE de 1958 y 1961 presentó propuestasde renovación que terminó enfrentándole a Llopis.

Su inquietud y apertura le puso en contacto entre 1969 y 1970 con una nueva generación de militantes socialistas. Sin embargo la apuesta por la ruptura democrática de estos, se vería desplazada por la reforma pactada, ocasionando finalmente su expulsión del PSOE a principios de años 80.Superado por la nueva situación, desalentado y enfermo, puso fin a sus días, en diciembre de 1979, en la travesía marítima entre Barcelona y Palma de Mallorca.

Bibliografía

MARTINEZ MENDILUCE, Luis y Jose Antonio. Historia de la resistencia antifranquista en Álava.

https://dbe.rah.es/biografias/135916/antonio-amat-maiz

Gómez Calvo, Javier: Matar, Purgar, Sanar. La represión franquista en Álava. Edit. Tecnos. Madrid.

2 Inmigración

II Inmigración -3

El fenómeno que convirtió Vitoria en lagran ciudad actual fuela inmigración que alimentó su industrializacióny crecimiento demográfico delos años 50 a los 80 del siglo XX.

Esta inmigración tuvo su catalizador en lacrisis de la autarquía, que profundizó el atraso en España, particularmente de la agricultura, que en los años 50 ocupabaal 46% de los/as trabajadores/as, con unos salarios cuyo poder adquisitivo era el 50% de 1935.

En Extremadura y Andalucía dominaban losgrandes latifundios, y enlas Castillaslas parcelasdispersas y pequeñas, trabajadasde sol a sol, con animales y a renta, no daban para mantenera las familias de los pequeños agricultores, y menos a losjornaleros.

Esta explotación y miseriaes la que empujó a obreros y campesinos a abandonar su pueblo, profesión, familia,y amistades,camino del norte industrial en los años 50.Los primeros en llegar a Vitoriafueron los/as hijos/asde familias quehabían sufrido la represión y no soportabanladiscriminación de las autoridades y caciques franquistas. Junto a ellos entraronlos/lastrabajadores/as de las empresasprocedentes deGuipúzcoa (Eibar, Mondragón, Oñate) y los expulsados del campo alavés por la mecanización y el pantano de Ullibarri-Gamboa.

La industria atrajo a Vitoriaentre los años 50 y 70 elaluviónimparable de trabajadores/as. De 1950 a 1975 Vitoria triplicó su población hasta los173.137 habitantes, de los que el 58,18% había nacido fuera de Vitoria.

El dejar atrás la miserable vida anterior y la acuciante necesidad de empleo y techo, hizo que la mayoría de estos/as inmigrantes transigiera a laexplotación:

La inmigración y el:trabajardiez o más horas diarias en trabajos penosos tenía consecuencias:enfermedades profesionales // discriminación social y cultural, y por ello,riesgo de baja autoestima o alcoholismo // Otros riesgos: desatención a sus esposas e hijos de quienes, llegaban a casa rotos,y en horarios no habituales, //violencia de pareja // fracaso escolar de los hijos.

No comenzaron viviendo en chabolas como en Bilbao, Madrid, etc., pero no les faltaron dificultades y traumas.

En tanto se sometieron auna gran explotación y una habitabilidad muy dura esta masa inmigrante,-y particularmente las mujeres por su doble jornada- pueden considerarse elmayorcontribuyente almilagro económico y urbanístico de Vitoria.

La división de clases y vulneración de derechosen que se asentó el citado crecimiento, fuela causa de los graves conflictos laborales y sociales que la ciudadsufrió en los años 70.

Bibliografia

  • Cazorla, Antonio: Miedo y Progreso. Los españoles de a pie bajo el franquismo, 1939-1975.. Edit. Alianza Editorial.
  • González de Langarica, Aitor. La ciudad Revolucionada., Edita Ayuntamiento de Vitoria.
  • Rivera, Antonio (Coord): Dictadura y desarrollismo. El franquismo en Álava. Adita Ayto. de Vitoria.
  • Del Palacio Alonso, Josemaría: Secuelas de nuestras guerras y derrotas. De la República a la modélica Democracia. Edición del autor,2017
3 Huelgas en el franquismo

III -HUELGAS EN EL FRANQUISMO – 3

Antes de las huelgas de marzo del 76, Vitoria conoció otros conflictos laborales. Tras la guerra, la primera huelga fue en Aránguiz, un 27 de mayo de 1946, a la que siguieron las de Ajuria en 1947 y luego, la general de 1951, las de 1956, 1958 y 1962, testimoniales en aquella situación.

La política de Estabilización de 1959 dinamizó la economía, a costa de empeorar las condiciones de trabajo y salarios de los trabajadores y paz social. A principios de los años 70 de S. XX en Vitoria, los trabajadores gozaban de abundante empleo, pero sus bajos salarios les obligaban a largas jornadas para satisfacer sus necesidades básicas (vivienda).Estas necesidades insatisfechas y la falta de libertades y derechos, darían lugar a duros conflictos laborales.

La inflexión en el conflicto entre la Dictadura y la oposición llegó con las imponentes movilizaciones de diciembre de 1970 realizadas en España para salvar a seis militantes de ETA condenados a muerte, transmitieron la idea de que el franquismo era vencible. Ese año Vitoria vivió 18 conflictos laborales, un número que iría creciendo en los años siguientes.

En 1971 fue importante la huelga en la empresa Esmaltaciones San Ignacio. Había llegado a Vitoria en 1951 desde Oñati. Hacía monturas de paraguas; bombonas de butano, y sobretodo baterías de cocina esmaltadas. Creció, en 1970 llegó a tener 1400 trabajadores, de los que un 30% eran mujeres. El conflicto lo originó el incremento salarial: los trabajadores reclamaban un 15% y la patronal ofrecía el 10,7%. Para elevar esta oferta la plantilla se declaró en huelga el 15 de febrero. A los dos días la patronal cerraba la factoría. En esas circunstancias los trabajadores realizaban su asamblea a la entrada de la empresa. El 11 de marzo pareció la policía y se empleó a fondo para disolverlos. Dos días después los trabajadores de IMOSA, (actual Mercedes), suspendían el trabajo y se manifestaban hasta la delegación de sindicatos en solidaridad con los de Esmaltaciones. Cuatro días después se conseguía el acuerdo: un incremento del 6%igual para todos, y un 7% según las categorías laborales.

Este conflicto agitó Vitoria, pero no se reflejó en la prensa local. En él, las mujeres, iniciaron prácticas para hacerlo notar: hacían el pasillo a los “esquiroles”, y ocupaban el mercado del barrio.

El 11 de agosto de 1971 la Metalúrgica de Ajuria, de Vitoria, presentaba expediente de regulación para sus 200 trabajadores que, mediante encierros y manifestaciones, no pudieron evitar el cierra definitivo en 1973 de esta empresa, emblemática de Vitoria.

El 7 de enero de 1972 una Comisión negociadora elegida por los 3500 trabajadores de Michelín entregaba a la patronal su reclamación: aumento salarial de entre 10500 y 13.500 pesetas, una reducción de jornada de 48 a 44 horas semanales y creación de una comisión mixta para la valoración de puestos. La empresa respondía el 24 con otra que vinculaba los salarios a la productividad. La Comisión reaccionó reduciendo la suya a 10500 pesetas de salario mínimo para toda la plantilla. Al no obtener respuesta, el 26 de enero los trabajadores iniciaron una huelga. El 4 de febrero la policía los desalojó y la patronal cerró la factoría. Los trabajadores pasaron a realizar concentraciones, asambleas y piquetes para evitar la entrada al trabajo de los “rompe huelgas”. Obtuvieron la solidaridad de sus compañeros de las plantas de Aranda, Lasarte y Clermont Ferran (Francia).La patronal y autoridades franquistas siguieron la consigna de no ceder, y reprimieron duramente el movimiento huelguista. El 12 de febrero, la manifestación de 10.000 personas en solidaridad con los trabajadores de Michelín, acabó con decenas de heridos y detenidos. El 28 de febrero los huelguistas volvían a trabajar sin alcanzar sus objetivos, y sufriendo el despido de 48 compañeros que no pudieron contratarse en Vitoria. La estrategia de intransigencia de las autoridades y la patronal iba a generar graves conflictos pocos años después.

Bibliografía

4 Barrios y vivienda obrera

IV- LOS BARRIOS Y LA VIVIENDA OBRERA – 3

Las malas condiciones de vida en Andalucía y Extremadura terrateintes; (Castilla y Galicia minifundismo…), generaron lainmigración que iba llegando a Vitoria mientras se ponían en marcha los polígonos industriales y las nuevas empresas que les daban trabajo.

Las/os inmigrantes se alojaban en pisos con derecho a cocina e inmediatamente en viviendas construidas de urgencia que para hacerlas asequibles eran muy pequeñas (50 -77 m2útiles), // Construidas por los propios vecinos // situadas en el extrarradio //sin urbanizar, ni servicios, De ese modo nacieron:

  1. Adurza (1956), promotora (Secretariado social diocesano) Carlos Abaitua.(67—77 m2)
  2. Ariznabarra (1958), (7800 vecinos), promotora privada, (Barrio en rehabilitación) (65- 75 m2)
  3. Abetxuko (1959), (3500 vecinos), promotor Ayto y vecinos: (Casitas<100 m2)  y (52-56m2 bloques)
  4. Errekaleor(1960), (1000 vec), (Sec.Soc. diocesano) C. Abaitua:Coop. “Un mundo mejor”(52-56 m2)
  5. Zaramaga (1959-69). (12.000 vec.), promo.Ayto- CAM., (Vimuvisa) (Ahoraen rehabilitación):55-80m2).

Aquelllas viviendas de urgencia de los años cincuenta- sesenta, en las que, en muchos casos, se hacinaban tres generaciones, evitaron el chabolismo, si bien a base de serguetos en el extrarradio, infraviviendasque hoy que necesitan rehabilitación o demolición.

Después, (entre los sesenta y los setenta) ta estrategia de infravivienda se corrige y la solución para ofrecer viviendas más amplias y mejores a precios asequibles se encontró en el polígono urbano. Es elmodelo de urbanismo que había surgido a comienzos del siglo XX en París. Este sistema que triplica la densidad de viviendas por Ha conservando amplios espacios convivenciales y verdes se aplicó en Zaramaga.

El profesor Pedro Mari Arriola, explica que “aun coincidiendo con una coyuntura política dictatorial y con los peores años de un urbanismo desaforado por el Estado en pleno desarrollismo económico, Vitoria-Gasteiz sería una de las ciudades menos mal urbanizadas de nuestro contorno”.

Muchos contratistas privados se enriquecieran con la necesidad de vivienda.Las autoridades locales, conscientes de que los promotores inmobiliarios tradicionales, ligaban con los propietarios de suelo urbano y edificaban a un ritmo muy inferior a la demanda de vivienda que exigía el crecimiento poblacional y el poder adquisitivo de los obreros industriales, buscaron otro tipo de promotor.

Estos fueron los contratistas. el Ayuntamiento logró convencerlos de que limitarán su margen de beneficio, para que sus pisos encajarán en los precios de la protección oficial, a cambio de ayudarles a encontrar suelo más barato que el especulado por los terratenientes; Limitando las plusvalías, en un proceso pactado con el Ayuntamiento,incrementaron la oferta a 40.000 pisos en la que el 70% fueron viviendas de protección oficial ehiciera innecesarios los sorteos para adjudicarlos. El parque inmobiliario de la ciudad pasó de menos de 20.000 pisos en 1959 a más de 60.000 en 1989.

Hasta 1965 el sistema corrió el peligro de naufragar, ya que el salario medio de un trabajador estaba por debajo del gasto mensual medio familiar, pero a partir de 1967 los salarios comenzaron a igualarse con el coste de la vida. Esto dio un respiro a los adquirentes de las viviendas

En los años setenta, la alta inflación combinada con el descenso de la construcción de viviendas provocó que las familias que habían comprado pisos más habitables y mejor equipados, hubieron de seguir haciendo horas extras o pluriempleo ambos cónyuges.para poder amortizar los créditos de vivienda. Merced a sus favorables condiciones Vitoria sobrepasó en población a Donosti en 1978 con 180.000 habitantes.

Las demandas salariales de los trabajadores para paliar esta situación influyeron, sin duda, en los conflictos laborales de aquellos años setenta.

Bibliografía“La producción de una ciudad-máquina del capital”. Pedro María Arriola. Servicio Editorial de

la Universidad del País Vasco 1991.

“Vitoria. 3 de marzo. Metamorfosis de una ciudad. José Antonio Abasolo. Servicio de

Publicaciones de la Diputación Foral de Álava. 1987.

5 Las mujeres obreras

V – LAS MUJERES OBRERAS -3

El grupo social que más perdió con la caída de la II Republica fue el de la mujer. El Régimen franquista acabó de un plumazo con sus conquistas: la patria potestad, el derecho al divorcio, al aborto, el voto… Con un discurso «tradicionalista», se la volvió a encerrar en el hogar, en el convento, sometida al hombre, y se minaba su autoestima.

En 1968 la Asociación Alavesa del Hogar proclamaba: “Queremos conseguir que la mujer no tenga que salir fuera de casa para trabajar y que se dedique ella misma a la educación de sus hijos”. Bien por falta de recursos, bien por verlas predestinadas a ser amas de casa, a la mayoría de las niñas de clase trabajadora no se les proveía una formación profesional, y menos superior.

Fue la necesidad de mano de obra en la industrialización capitalista de los años 50 y 60, la que empezó a cambiar su rol de madre, esposa, monja, interina. Si bien la reconquista del espacio social y público que le pertenecía, le supuso un alto coste personal y cultural.

Los empresarios aprovechaban la necesidad de vivienda familiar y ansia de progreso de la clase trabajadora para someterla a largas jornadas de trabajo, mal pagado que se completaba con pluriempleo u horas extras, sin contrato.

Entendidasulabor fabril como ayuda supletoria y transitoria a la economía familiar, mientras no estaban casadas ydesprovistas de formación profesional, a las mujeres se lesofrecían trabajos más rutinarios,penosos y sin contrato. Y para una mayoría de ellasla labor no quedaba ahí: habían de enlazar una doble jornada -en la empresa y en el hogar-ayudando a su madre, que podía sumar catorce horas diarias.

Frente a ésta injusta situación fueron levantándose las trabajadoras en la década de los años 60 y 70, en empresas alavesas con mayoritaria presencia femenina: Areitio S.A., Inovac Rima, Kas, Explosivos Alaveses, CEGASA, Fournier,Orbea, etc.

En las huelgas de Esmaltaciones, Areitio, Michelin y del 3 de marzo, las mujeres trabajadoras dentro y fuera del hogar, lucharon y se manifestaron, además de por los derechos laborales,por un justo reconocimiento en Igualdad al hombre. Y tambiéntuvieron que sus compañeros de lucha, comprendían su situación, y no las excluyeran en la toma de decisiones.

Durante lashuelgas de Vitoria de 1976, las mujeres crearon un organismo propio: La Asamblea de Mujeres de Zaramaga.Con ella organizaron la recogida solidaria de dinero y alimentos para las familias más necesitadas, se manifestaron con las bolsas de la compra vacías, para visibilizar la huelga, para denunciar la usura e intransigencia patronal y la carestía de la vida, y también para vindicarse como mujeres. Lo hicieron con tal determinación que la policía las reprimió en ocasiones con brutalidad.

Y a la vista del porcentaje de mujeres en puestos de responsabilidad no podemos decir que sucontribución al milagro industrial -alavés en este caso-, y a la sociedad en general, estésuficientemente reconocido a día de hoy.

Bibliografía

RIVERA, A.; Cantabrana I.; Carnicero C.; De la Fuente J.; Glez Langarica A.; López de Maturana V.; Sáenz del Castillo A.; Dictadura y desarrollismo. El franquismo en Álava. Vitoria 2009.

6 Vitoria 3 de marzo

VI – Vitoria, 3 de marzo – 3

Las expectativas de final de la Dictadura a muerte de Franco, y el impacto de la crisis económica internacional de 1973 incrementaron la conflictividad laboral en España de manera extraordinaria.En 1976 las huelgas laborales multiplicaron por 10 a las habidas en 1975 y Vitoria no fueuna excepción

. El 23 de diciembre de 1975 el grupo de trabajadores más activo de la empresa Forjas Alavesasreunía en asamblea,al margen de la Organización Sindical franquista,unos cientos de trabajadores que aprobaronsu plataforma reivindicativa: aumento salarial lineal de 6.000 pesetas; reducción de jornada a 42 horas semanales;28 días de vacaciones;y vigencia delconvenio,de un año.Tambiénproponían sustituir el Jurado de empresa por una Comisión Representativa. La patronalhacía una oferta sustancialmente inferior e imponíael cuarto turno de trabajo, lo que la plantilla rechazó de plano.En esas fechas el jurado de MEVOSA (actual Mercedes)reclamabaala dirección unincremento salarial del20,5%, que la dirección rechazó pretextando que superaba el IPC legal establecido.

Viendo frustradasu demanda, los trabajadores de Forjas Alavesas acordaronenasamblea el 9 de eneroir a la huelga. Y a la vista de sus compañeros de Forjas, los trabajadores de MEVOSAdecidieron no ser menos einiciaronla suya el lunes 12.De un modo semejante, la intransigencia patronal-con gran número de trabajadoresdespedidos (22 en Forjas, 2 en Hugo…)- unida a la represión gubernativa con varios detenidos y perseguidos,animó a los trabajadores deAranzábal, Gabilondo,Cablenor, Apellaniz, Areitio, Gálicas, Hugo, asumarse alahuelga iniciada por sus compañeros.

Días después el gobernador decretó el cierre de las factorías, lo que no evitó que las asambleas continuaran haciéndoseen las empresaso en las iglesias. El 22 de enero tuvo lugar la primera asamblea conjunta de fábricas en huelga, creando un panel común de reivindicaciones y la Coordinadora de Comisiones Representativas, frente a los empresariosque abogaban por la negociación de empresa.

El lunes 2 de febrero la policía cargó duramente contra una manifestación de unas 4.000 personas, causando los primeros heridos. Al mes de conflicto, el número de empresas en huelga y de movilizaciones se había multiplicado, con más de 120 trabajadores despedidos. Aquellos días las mujeres de los trabajadores habían empezado a manifestarse con las bolsas de la compra vacías.Los días 16 y el 23 de febrero seconvocaron sendas huelgas generales, fueronimportantes, pero no generales.Los días 1 y 2 de marzo las asambleas de barrios, conjuntas de trabajadores en huelga y no parados,alcanzaron una gran asistencia, lo que vaticinaba el éxito de la huelga general del día siguiente.

El 3 de marzo Vitoria registró un paro casi total. A los 4.500 obreros de las ocho empresas en paro, se unieron 13.500 trabajadores de otras 72 empresas, sumandoochenta factorías paradas. Desde la mañana hubo importantes incidentes, en especial en la Avenida de Gasteiz y Txagorritxu, donde la policía utilizóya fuego real produciendo una docena de heridos, alguno de bala. A las cinco de la tarde los trabajadores acudieron a la asamblea convocada por la Coordinadora Representativa de Empresas en la iglesia de San Francisco de Asís. Existía una gran expectación dado que la huelga había sido general.

Las Fuerzas de Orden Público no impidieron que la iglesia se atestase de asistentes a la asamblea de cuya realización tenía cumplido conocimiento la autoridad gubernativa. A una orden se procedió al desalojo con botes de humo,atacando la policía a quienes salían aterrorizados con fuego real ocasionando cinco muertos: Pedro María Martínez Ocio, Romualdo Barroso Chaparro, Francisco Aznar Clemente, José Castillo García y Bienvenido Pereda Moral, y más de cien heridos.

El masivo uso por la policía de las armas de fuego, en vez de otros elementos de disuasión, sumado a la impunidad y galardones concedidos posteriormente a los atacantesson indicios de la existencia de un plan premeditado paraacabar conuna movilización social que ponía en riesgo la hegemonía de los neofranquistas en la Transición.Así lo apuntaFraga en sus memorias y la impunidad aún vigente.

Bibliografía

Carnicero Herreros, Carlos: LA CIUDAD DONDE NUNCA PASA NADA, Vitoria, 3 de marzo. Edit. G. Vasco.2009

Abasolo, Jose Antonio: VITORIA 3 DE MARZO. METAMORFOSIS DE UNA CIUDAD. Edita DFA, 1987

Las Heras, Amparo: 3 de marzo, 1976. Edita Arabera, 2012

Val del Olmo, Arturo: 3 de marzo. Una lucha inacabada. Edita Fundación F. Engels, 2004

García, Alberto: Las huelgas del 76 en Vitoria. Entre la muerte de Franco y el 3 de marzo. (Diario: Gasteiz Hoy)

7 Las escuelas profesionales

VII- DIOCESANAS Y JESUS OBRERO; OTRO MOTOR DE LA INDUSTRIALIZACIÓN VITORIANA-3

Estamos en la calle Francia, esquina con Monseñor Estenaga. Lo que había aquí enfrente en 1945 eran huertas con alguna edificación dispersa. Hasta la plaza de Bilbao solo había un edificio de tres plantas levantado a comienzos de siglo por el Patronato Nuestra Señora del Pilar, una institución benéfica de fines docentes fundada por Felicia Olave, la que había financiado el Frontón Vitoriano en la calle San Prudencio. La señora Olave había cedido el inmueble a los jesuitas de Vitoria en 1927. Pues bien,el 17 de setiembre de 1945 iniciaron su actividad en ese inmueble las Escuelas Profesionales Jesús Obrero. La Escuela de Aprendices, las Escuelas Diocesanas había iniciado su actividad dos años antes, a menos de 200 ms de aquí, utilizando para ello una instalación en desuso de la calle Arana que cedió el obispado a los promotores.

En medio siglo, la matrícula inicial de estos centros, que, en conjunto, era de unos 500 alumnos en total se elevó a más de 6.000.  Mientras las Diocesanas buscaron ponto, en 1960, una nueva ubicación (en el Sur), las Escuelas de Jesús Obrero crecieron cerrando la manzana por la calle M. Estenaga

¿Por qué se crearon estos centros? Una motivación estaba, evidentemente, en recuperar la labor educativa que la Iglesia que había tenido antes de la segunda República. Y la otra, sin ninguna duda,estaba en una buena previsión de especializar a la mano de obra que la industria iba a necesitar a corto plazo.

El sacerdote Pedro Anitua, el alma mater de las Diocesanas, buscabaofrecer a los joven vitorianos al acabar la primarialas mismas posibilidades de formarse profesionalmente que tenía los jóvenes de las clases populares en los territorios de Vizcaya y Guipúzcoa. Pensó antes de que lo hicieran los Jesuitas, que si otros centros docentes eclesiásticos (Corazonistas y Marianistas) de Vitoria impartían enseñanza secundaria para jóvenes que aspiraban a estudios universitarios, también se debían enseñar oficios. Y el coste de la matrícula de estos alumnos, en su mayoría hijos de familias obreras, no podía ser alto. De hecho, una de las fórmulas de financiación iniciales de la Escuela de Aprendices de las Diocesanas era el dinero (de 1 a 25 pesetas) que los padres de alumnos dejaban un domingo de cada mes, cuando se reunían en los talleres del centro, en la Caja de las Limas. Las únicas herramientas de aquellos aprendices de los años cincuenta era la lima, Se pasaban horas ajustando piezas.En Jesús Obrero fueron los primeros en introducir diez tornos fabricados en Guipúzcoa.

Los dos centros eran radicalmente confesionales, yse afirma que esa confesionalidad no pasaba a las aulas y los talleres. Lo mismo ocurría con la política. La dirección de las dos escuelas profesionales, y hoy Institutos Politécnicas, si era respetuosa; incluso sumisa, con los poderes establecidos. El dictador decidió visitar el edificio del Patronatode Jesús Obrero el 17 de setiembre de 1945, y se dice que “oró con gran recogimiento”en la capilla,pero nadie se lo sugirió. Parece que los jesuitas no eran franquistas, y no se iban a hacer adictos al Movimiento Nacional por ese gesto.

La apuesta, entre 1943 1945, por aquellas escuelas de aprendices, anticipándose al tirón industrial que iba a vivir Vitoria en el plazo de los siguientes treinta años, dio excelentes resultados. Las empresas de mecánica existentes o las que llegaron a Álava, se encontraron con oficiales ajustadores o electricistas perfectamente preparados.También hay que recordar que hasta los años 70 no se ofreció formación profesional a las chicas.Más adelante, ya al final del siglo XX, los dos centros instalaron máquinas herramientas con control numérico o con CAD/CAM, incluso antes de la mayor parte de las fábricas.

Bibliografía:

“Jesuitas en Vitoria: Año del cincuentenario de Jesús Obrero”. Juan Ignacio Fernández Marco. Editorial SI 1995. Casa de la Cultura D2/2131.  // “Diocesanas: Un motor del desarrollo alavés (1942-1992). Instituto Politécnico Diocesano. S. el Sabio DL1992.